LAS HISTORIAS DE CLÓSET DE ÓLIVER RENDÓN: ENTREVISTA POR SU CORTOMETRAJE “LOVING SOUTH”

I.

¿Qué implica ser homosexual en una tierra agreste y conservadora, alejada de las ideas más progresistas que se viven en el México del siglo XXI? Esa es la tesis que Óliver Rendón se planteó al comienzo de su carrera como director de cine en su natal Hermosillo, con el cortometraje En tierra de vaqueros (2013). En ese documental consiguió hacer un compilado de honestos testimonios de gays y lesbianas sonorenses, que hablaron frente a la cámara de la vulnerabilidad que implica vivir una vida acorde a las propias convicciones en un Estado, como Sonora, que sigue acostumbrado a los intercambios amorosos tradicionales.

 «Loving South representó para mí la transición del documental a la ficción». 

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Gracias a los buenos resultados conseguidos para abrir los espacios de expresión a aquellos que siguen viviendo desde el clóset, Rendón continuó su trabajo como cineasta explorando los claroscuros de la homosexualidad en un segundo cortometraje, Loving South, que nuevamente logró buenas críticas en varios Festivales de México durante 2017 y haciéndose acreedor al premio del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Loving South es un proceso integral de escritura y visualización al lado del fotógrafo Julio Llorente, en la que confluye una sentida historia que logró capturar la imaginación de los públicos internacionales al ser seleccionada en el Short Film Station de la Berlinale.

Rendón comenta sobre la estética que logró desarrollar y las reacciones obtenidas por el público: “Este corto es intenso, pues hay una parte del público que no lo entiende, pero aquellos que lo entienden se conmueven; se fascinan. Les encanta haber entendido el tema profundo que se agazapa en la narrativa. Por ejemplo, en las proyecciones, cuando me encuentro en la sección de preguntas y respuestas, siempre me piden que explique mí corto. Yo sonrío y argumento que en realidad, es de interpretación libre porque así se pensó desde un principio. Otros reaccionan distinto, como cuando el cortometraje ganó el Festival de Guanajuato; uno de los jueces escribió que la historia no sólo hablaba de las fronteras física entre dos países, sino de los límites de opresión imposibles de derribar entre los seres humanos”, explica Óliver Rendón.

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Cortesía: expreso.com.mx

“Hermosillo es una sociedad muy conservadora. Viví enclosetado mucho tiempo de mi vida y el clóset para mí hoy es un lugar al que nunca quisiera regresar». 

Loving South cuenta la historia de un minuteman, un guardia civil en la frontera de Estados Unidos y México que trabaja conteniendo el flujo de migrantes mexicanos que intentan cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Lo que podría pensarse como una historia de persecución entre “bad” y “good hombres”, termina por dar una sutil pero potente vuelta de tuerca, entre el amor imposible que surge entre dos hombres, destinados a una separación irremediable.

II.

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 “Loving South” representó para mí la transición del documental (En tierra de vaqueros) a la ficción, a partir de la historia de Adam, este minuteman que ha vivido su vida en el clóset, pero que vibra de deseo por un hombre. o que cuestiona sus propias elecciones de vida. Haber llegado a la narrativa que desarrollé implicó hacer sacrificios, por ejemplo, en un inicio la historia era muy larga y ambiciosa, pero mientras estuve en el taller de la Berlinale entendí que debía reducirla a una narración con un ritmo más íntimo. La idea inicial era el minuteman, con un hijo que a su vez estaba enamorado de otro hombre; en medio de ello se van de cacería de migrantes y ocurrían varias cosas donde aparecían todos estos migrantes y sus particularidades, había una gran persecución en el desierto y cosas así, pero en términos de producción era muy ambicioso así que tuve que reducirla”.

«El verdadero protagonista es el dilema moral de este hombre. Lo interesante era fotografiar el desierto como ese reflejo».

El cineasta cuenta que su historia personal como hermosillense ha marcado su cine y las inquietudes que tiene por las narrativas que le interesa contar. “Hermosillo es una sociedad muy conservadora. Viví enclosetado mucho tiempo de mi vida y el clóset para mí hoy es un lugar al que nunca quisiera regresar; un lugar donde no me gustaría ver a nadie. Es un lugar asfixiante, horrible que logré recrear en este corto, porque hay algo de mi alma que se expía cada vez que escribo una de estas historias de clóset; lugar en el que estuve mucho tiempo y al que no quiero regresar. Desde En tierra de vaqueros había esta necesidad de vomitar todo lo que me reprimía para liberar mi alma”.

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“Con el personaje de Adam, el minuteman, lo que yo quería retratar era la historia de un hombre de intenso conflicto interior, con muchos problemas para poder dejar fluir las situaciones que está viviendo, al grado incluso de terminar por darse un beso a sí mismo en su reflejo. En ese momento de gran dramatismo, Adam escucha “No puedo olvidarlo” de la cantante Marisela creando una atmósfera contrastante, pero al mismo tiempo enternecedora. Para mí Marisela es una cantante que es un icono gay. Así que quise que el actor que interpreta a Adam la escuchara como parte de la acción dramática. La idea era provocar algo inesperado, pero que al final resultara el principal vínculo con su amante mexicano. Más que verla como una canción que hablara literalmente del momento que estaba viviendo el personaje, la vi como una canción perfecta para el sentimiento de ese instante casi eterno”.

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Amat Escalante y Luis Ospina en el Festival de Cine del Desierto

Si la música es un componente indispensable de la narrativa, el desierto resulta también otro personaje que juega un papel fundamental en Loving South. Simbólicamente el desierto puede representar muchas cosas, pero en esta historia se vuelve una presencia de distancia, vastedad y vacío; por lo que en la fotografía aparece de una forma distinta a otras historias ya que, en vez de mostrar el clásico desierto incandescente e impenetrable, Julio Llorente vino con la idea de presentar toda la trama en la noche.

Llorente cuenta que buscaba retratar al desierto no de la manera en la que se había hecho antes dándole un dramatismo central: “El verdadero protagonista es el dilema moral de este hombre. Lo interesante era fotografiar el desierto como ese reflejo; entonces había que irse al contrario de lo que se sabe comúnmente sobre él, es decir, siempre se hace en panorámico, planos muy abiertos, mostrando la sensación de calor, el sol cenital. Más bien nos centramos en un formato encuadrado de plano cerrado hacia un close up constante sobre el protagonista con una fuerte sensación de soledad”.

«Pienso que de alguna manera a los hermosillenses les gustará verse reflejados en mi cine». 

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Julio Llorente, cinefotógrafo de Loving South

Director y fotógrafo cuentan que su principal referencia para la puesta en escena fue el cine de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne: “No a nivel fotográfico sino en el sentido de entender cómo la cámara registra un movimiento coreográfico con el actor. La idea fue realizar un plano secuencia de 6 minutos que siguiera la entrada y salida de Adam. En edición no hubo esta magia, así que nos salimos a hacer unas tomas más y fue el editor Lenz Claure (también editor de Cómprame un revólver de Julio Hernández Córdón, filmada también en Hermosillo), quien al final logró darle sentido dramático y funcionó muy bien. Si bien hay un corte, estuvo básicamente filmado como plano secuencia y cuando Julio me propuso hacer ese movimiento para plantear el recorrido que hace el personaje, me pareció una muy buena solución y se lo plantee al actor y a él también le gustó mucho la idea. Yo le otorgo a Julio mucho del crédito de Loving South porque se construyó a partir de sus ojos, aunque el corazón del corto es mío”. Rendón cierra la idea comentando que su gran pasión como director, son los actores y que fue el trabajo de Julio la clave en la estética del cortometraje.

«El Festival de Cine en el Desierto nació por la necesidad de abrir un espacio de exhibición de un cine que de otra manera no llegaría al norte de México».

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Fernando Álvarez Rebeil, director artístico del Festival de Cine del Desierto

Además de director de cine, Óliver Rendón es también el director del Festival de Cine en el Desierto en Hermosillo junto con el actor y productor Fernando Álvarez Rebeil con quien le dio un nuevo giro: “El proyecto nació por la necesidad de abrir un espacio de exhibición de un cine que de otra manera no llegaría al norte de México. Al principio fue difícil porque la gente veía películas cubanas o peruanas y se salía. Ahora es diferente, contamos con un teatro de 500 butacas donde tuvimos llenos totales. Hemos llevado a Nicolás Pereda, Matías Piñeiro, Julio Hernández Cordón, Martin Bregman, con un tipo de cine difícil de ver, pero el público ahora sabe que va a asistir a un tipo de cine que le va a sorprender y así se va creando un público que se va interesando por otras perspectivas de vida”.

«Yo le otorgo al fotógrafo mucho del crédito de Loving South porque se construyó a partir de sus ojos, aunque el corazón del corto es mío”.

Loving South continúa su gira por Festivales en otros países como Cannes gracias a “Guanajuato goes to Cannes” y en el Festival de Cine de Berlín XPOSED como parte del programa “Cuerpos, Juegos y Territorios” del Programa Diversidad Sexual + Morelia.

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Inspirado en los diálogos de las películas de cineastas como Ingman Bergman y Woody Allen, Rendón se encuentra escribiendo su primer largometraje: “Este proyecto intentará mostrar el elemento outcast de la sexualidad que puede llegar a ser lo queer. Maneja un romance entre dos personas y hay un tema de clóset de un hombre casado en un Hermosillo muy conservador. Vuelvo a situar mi historia en Hermosillo, pues me he enfrentado con su público con mis cortos y pienso que de alguna manera les gustará verse reflejados en mi cine”. Concluyó el cineasta.

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