GÉNERO Y ARIDEZ SENTIMENTAL: ENTREVISTA A JESÚS TORRES TORRES

POR: PATRICIA RÍOS

Son los setenta durante la presidencia de José López Portillo, aquel que defendería el peso como un perro y sin embargo presenció una crisis económica sin precedentes gracias a la caída de los precios mundiales del petróleo. Mientras Europa tenía políticas para incentivar el uso de bicicletas y las caminatas, México se sumía en una ficción endeble que procuraba sobrevivir en un escenario de esplendor, mientras tras bambalinas los mexicanos de las zonas rurales migraban a la ciudad por falta de oportunidades educativas y laborales, y los mexicanos de la ciudad se volvían cada vez más pobres.

Es en este contexto socio-económico que se desarrolla Nadie Sabrá Nunca, ópera prima del cineasta hidalguense Jesús Torres Torres, quien con tintes melancólicos y profundamente apasionados hacia el audiovisual, cuenta una historia de entrañable mexicaneidad que toca tanto los problemas de una familia para seguir adelante en un pueblo donde reina la pobreza y los estereotipos de género, como el refugio que un niño (su protagonista) encuentra en las historias ficticias que escucha, ve y crea.

Torres Torres goza de una vasta carrera como fotógrafo y diseñador de arte previa a su debut como director y guionista. Su formación como comunicólogo y fotógrafo le valió colaborar como fotógrafo de stills en Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor (2003) del director Julián Hernández, con quien ha trabajado como diseñador de arte en otros proyectos, trayectoria que también se puede apreciar en películas de Roberto Fiesco, Astrid Rondero, y Alejandro Zuno.

Jesús Torres Torres en la presentación de Nadie Sabrá Nunca en Chetumal, organizada por Árbol Rojo (Morelia Programa)

Desde muy pequeño el director veía películas en la televisión. Sintiendo atracción por estar detrás de las cámaras, se dedicó a estudiar y ver mucho cine hasta que hace ocho años mandó a un concurso organizado por Vicente Leñero lo que serían esbozos de este proyecto, recibiendo a cambio un primer impulso en un taller donde comenzó a darle forma a su guión.

Para su primer largometraje, el director tomó como inspiración a su propia familia y pueblo natal “Se refiere a mis recuerdos de infancia, a los personajes con los que yo conviví y que rodearon esta etapa formativa de mis primeros ocho años y que seguía observando una vez que fui adulto y que se guían por los mismo comportamientos y características. Se me hacían muy interesantes poderlas retratar en esa época pero haciendo énfasis en que esos personajes siguen existiendo.”

En un pueblo, cuyo nombre Jesús Torres Torres no precisa en recordar -porque el escenario resuena en muchos pueblos del país- vive Braulio (Luciano Martínez) con su madre, Lucía (Adriana Paz), su hermana, Sara (Claudia Santiago), y su padre, Rigoberto (Jorge A. Jimenez). Son una familia tradicional. Las mujeres lavan ropa y cuidan a los hijos mientras los hombres enseñan a disparar y arrean el ganado.

Nadie Sabrá Nunca (FICG)

Braulio, contrario a lo que desearía su padre, goza de escuchar radionovelas (gusto que comparte con su madre) y de ver películas de vaqueros en la tele de la tiendita. Es un estudiante de excelencia, sin embargo en aquel pueblo estancado en el tiempo no tendrá muchas oportunidades de progresar, o al menos eso piensa Lucía “La madre no es una persona muy culta o preparada, pero de manera intuitiva está dándose cuenta de cosas que no le gustan, y creo que el niño también lo intuye porque el padre se porta igual con él que con la madre. Es muy frío, distante, y ellos lo que necesitan creo que es ese afecto de parte de él y no lo obtienen.”

Braulio, siendo un niño soñador y observador (también un poco solitario), comprende la soledad de su madre, por lo que la abraza o la invita a bailar cuando siente que lo necesita. Aunque ella misma no sea una mujer particularmente cariñosa, su afecto se basará no en el amor expreso a través de los idílicos besos en la frente antes de dormir, sino a través del sacrificio por hacer que su hijo salga adelante.

A lo largo de la película somos testigos de la dinámica de complicidad con la que madre e hijo procuran escapar el entorno de “aridez sentimental” (según manifiesta el director) provocado no sólo por la pobreza del sexenio de López Portillo, sino también por el distanciamiento emotivo que sienten particularmente hacia la ausencia de Rigoberto. Así, Braulio imagina una realidad alterna en la que su madre se encuentra enamorada de un vaquero apasionado y galante, ficción construida como una carta de amor del director al cine western que tanto admira como el de John Ford y Clint Eastwood, así como el arte vernáculo mexicano que va desde Juan Rulfo hasta Juan Antonio de la Riva, pasando por la herencia musical de Lucha Villa.

Nadie Sabrá Nunca (Conarte)

El entorno que imagina Braulio es espejo de su realidad. En ambos reina la aridez, las armas y los caballos. La figura del héroe, sin embargo, no la puede encontrar en el mundo material, ahí, en cambio, hay rechazo, lo cual “es uno de los grandes motivos que lo orillan a confabular con la madre”, menciona el director. Ambos encuentran refugio en las historias porque el recurrir a sus propias mentes de alguna manera les permite controlar el exterior  “Creo que los personajes, los seres que somos introspectivos, quienes estamos siempre analizando y observándolo todo, creamos un mundo interior muy rico”.

En este mundo interior, sin embargo, persisten los roles de género: es el hombre el que mata a forajidos y la mujer quien anhela su regreso. Jesús Torres Torres admite que desde niño esta diferenciación entre sexos le parecía contradictoria, por lo que en su película trabajó en distintos aspectos de lo que hacen los hombres y las mujeres, como por ejemplo, los abuelos paternos de Braulio quienes invierten papeles “Ahí parece que la que asume el rol masculino es la abuela y no el abuelo que siempre está acostado escuchando la radio, borracho, sin trabajar, y ella tiene que resolver de alguna forma las actividades masculinas, además las asume con gusto, no como ‘lo tengo que hacer’ porque a ella las cosas femeninas de alguna forma no le gustan, no le interesan.”

Otro personaje que desafía los estereotipos de género es Lucía, quien en su búsqueda por ofrecerle a su familia un mejor futuro pone en duda todo lo que su madre le enseñó, cayendo en una profunda contradicción. Por un lado ella es Lucía Rodríguez ‘de Mejía’; por otro, trata de rastrear de dónde vienen esas enseñanzas de sumisión “Los personajes femeninos se adaptan mucho mejor que los hombres al entorno de alguna forma, y ahí viene otra vez la contradicción de esta mujer que no quiere adaptarse a ese mundo, y a lo que su madre hizo, sino que quiere salir a hacer otro tipos de cosas.”

Nadie Sabrá Nunca (VIFF)

El director defiende que este tipo de adaptación no sigue las pautas de la resignación, sino del instinto por comprender lo que se debe o no reproducir con fin de sobrevivir, lo cual se pone en jaque cuando vemos la convivencia de Lucía con su hija, porque -a pesar de tener en claro que no le gusta la manera en la que fue educada para obedecer- le enseña a la pequeña el deber femenino de recoger los platos de los hombres después de comer “De todas maneras hay cosas que en su inconsciente siguen funcionando de alguna forma, y para mí también era importante dejar estos vestigios con los que tienes que estar luchando siempre.”

El director menciona que estos “guiños al pasado”, es decir, dichos vestigios que hacen eco a una educación caduca sufriendo una ruptura, despiertan el interés de Lucía por que su hija sea diferente a ella. Es en este pasado cuando aprendió que el hombre va en la cabecera de la mesa, que a pesar de que no cocine nunca debe lavar un solo plato, y que el cabello de la mujer debe ser largo y contenido en una trenza, lo cual para Torres Torres es “una metáfora de atadura que no deja pasar a otro nivel.”

Los roles de género, sin embargo, no afectan únicamente a las mujeres. La relación entre Braulio y su padre es minada por las expectativas de actividades masculinas que distan mucho de su afición a las radionovelas, o el héroe irreal que el niño imagina, no obstante, Torres Torres defiende que empatiza con el personaje de Rigoberto “Está acostumbrado a ver a esta familia como él fue educado o no educado, es decir, la figura del padre distante. Seguramente con él su padre fue mucho peor, incluso yo creo que lo golpeaba, había una cosa de violencia mucho más explícita, y él trata de modificar con el hijo estos comportamientos que a él no le gustaron, pero no le alcanza”.

Jesús Torres Torres en la presentación de Nadie Sabrá Nunca en la Cineteca Nacional (Morelia Programa)

Lo que Jesús Torres Torres nos brinda en esta película es lo que vive ‘una familia de tantas’ en México, no sólo en los setenta. Con cada sexenio sentimos una ambivalencia entre la perdición y la esperanza. Incluso en el Siglo XXI hay mujeres mexicanas renegadas a la cocina, y hombres mexicanos que no pueden trascender la imposición del rol de un ‘macho’ a quien no se les permitido sentir. El campo continúa siendo descuidado, despreciado, mal pagado. De todas maneras, la vida en la ciudad continúa siendo la prisión de ‘los olvidados’ y el reino de los corruptos. Sin embargo, puede ser que la verdad más duradera de Nadie Sabrá Nunca sea precisamente la inspiración del director para dedicarse al séptimo arte: el contar historias que alimentan una imaginación que pone en orden el caos de nuestras realidades.

Es así que, como amante ferviente del cine, Jesús Torres Torres invita a las personas a perderse por un momento en las historias audiovisuales para abrir su vulnerabilidad y prepararse para el regreso a la vida material “Por hora y media estás en otro mundo, estás viviendo otra vida, y si esa historia te toca, sales con un arma que te va a ayudar a sobrevivir lo que tengas que enfrentar en el futuro.”

RESET, FRAGMENTOS DE LA DIFERENCIA. ENTREVISTA CON RODRIGO MARTÍN JAFFE

POR: ANTONIO HARFUCH ÁLVAREZ

15 de enero de 2019

Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre la verdad”.

Un mundo feliz, Aldous Huxley.

En Un mundo feliz, Aldous Huxley imagina una sociedad que modifica la genética y hace uso del clonaje para controlar y condicionar a los individuos; el método Bokanowsky, donde grupos uniformes de hombres y mujeres aman lo que tienen que hacer. “Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que el hombre ame su inevitable destino social” [1]. En este imaginario, Huxley plantea una divisa planetaria basada en la comunidad, la identidad y la estabilidad donde el hombre es capaz de superar a la naturaleza.

El director británico Stanley Kubrick, en 1971, llevaría a la pantalla grande con gran polémica la adaptación de la novela de Anthony Burgess, La Naranja Mecánica, que planteaba el Método Ludovico, un tratamiento de “reeducación” a criminales para ser reinsertados en la sociedad. Cualquier impulso de violencia provocaría en el paciente repulsión y dolor. En ambos casos, se muestra una inquietud por estandarizar desde la “invención humana”. Huxley para buscar la “estabilidad social” y Burgess-Kubrick para el “saneamiento social”.

Si ambos ejemplos parten de imaginarios distópicos en periodos de experimentación antes y después de la Segunda Guerra Mundial, actualmente existen centros de conversión sexual donde hombres y mujeres son internados, en muchas ocasiones, por sus propios familiares que consideran a la homosexualidad como una enfermedad.

Reset (Cortesía Rodrigo Martín Jaffe)

The Miseducation of Cameron Post (Desiree Akhavan, 2018), película galardonada con el Premio del Jurado en Sundance 2018 y basada en la novela homónima de Emily M. Danforth, cuenta los estragos que vive Cameron Post (Chloë Grace Moretz) en un centro de conversión sexual cristiana que a través de la culpa, motiva a sus internos a odiarse por sentir atracción hacia alguien de su mismo sexo. El filme muestra las repercusiones de estos centros que provocan desestabilidad psicológica y afectiva en los pacientes, lo que ha provocado un gran debate sobre la naturaleza de estos métodos y por ende su prohibición legal.

México no es la excepción. En un país donde reina el machismo, la homofobia y la misoginia, posicionado en el segundo lugar, después de Brasil, por más crímenes cometidos por homofobia, la homosexaulidad es más un objeto de persecución. Un país católico que defiende a periodistas debatiendo sobre si la orientación sexual es “normal”, y una Iglesia que encubre a verdaderos criminales que abusan sexualmente de menores sin que haya un juicio civil. El “crimen” de ser homosexual en México lleva a las personas al  armario de la represión sexual, al aislamiento social y a una creciente tasa de suicidio juvenil a nivel mundial, con el lugar 78 de 100, el tercer lugar en América Latina después de Brasil y Argentina, según datos de 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pasado III Programa de Diversidad Sexual de Morelia, presentó en su Competencia Nacional de cortometraje a Reset, del realizador regiomontano Rodrigo Martín Jaffe que llevado por su propia experiencia familiar y de su observación crítica del contexto en el que vive, construye el relato de una sociedad reseteando la homosexualidad. Co-escrito con el también productor Emilio Leija, se asoma a la historia de Manuel, un adolescente sometido al procedimiento Reset por su propia madre. Manuel a su regreso vive en un estado de depresión y repulsión por su atracción a personas de su mismo género. Es su hermano, quien lo ayudará a intentar revertir este tratamiento en una realidad distópica hiperconectada donde la diversidad es ilegalidad.

Rodrigo Martín Jaffe (Cortesía)

El cortometraje logró una Mención Honorífica en el Programa de Diversidad, “por un guion original sobre un futuro distópico que trata de devolver la humanidad a sus personajes y que además nos alerta de una sociedad que pretende imponer su heteronorma, ofreciéndonos a la vez, una solución universal: el amor”.

En entrevista para el blog, Martín Jaffe habla de lo personal que es esta historia y de cómo ha logrado conectar con el público de más de 30 festivales alrededor del mundo. “ Lo que yo escribo sale a partir de los demonios a los que me tengo que enfrentar a lo largo de mi día a día. Hacer cine es una manera de librarse de ellos. Al ver una película nunca sabemos que lo que presenciamos es justo lo que necesitábamos ver. Me da gusto que la gente se vea reflejado en este corto”.

“Una familia de tantas”

El guion que tuvo más de 20 tratamientos y contó con la asesoría de Juan Manuel González, director de la carrera de Producción Cinematográfica Digital de la Universidad de Monterrey, se inspira en entrevistas que hizo a amigos de todo el mundo acerca de sus relaciones familiares, en donde descubrió que la dominación y opresión en las familias no sólo tenía que ver por motivos de diversidad sexual sino a las dificultades a las que alguien “diferente” se enfrenta con su familia y la sociedad. “La normalización de contenido LGBT+ me parece que es muy necesaria, no sólo como una historia sobre salir del clóset o de aceptar quién eres. En este caso se trata de cómo la familia y el entorno te buscan someter aunque luego también pueda aparecer la aceptación”.

Reset (Cortesía Rodrigo Martín Jaffe)R

La historia provoca una reflexión emocional al abordar las relaciones familiares y lo importante que es su base armónica para la aceptación e inclusión de las minorías. “Pienso en la madre no como el personaje antagónico sino como testamento de todas estas relaciones que por diversos motivos no logran desarrollarse. Ella les dio ciertas bases a sus hijos para poder quererse y cuidarse. En las historias más tristes de familia, hay ciertos momentos donde los padres quieren a sus hijos y donde se enseñan a querer. El error que ven los padres, es cuando los hijos se descarrilan, cuando se dan cuenta que son individuos que piensan por sí mismos, que sienten por sí mismos, que pueden controlarse”.

El proyecto tenía la intención de hablar de su relación personal con su hermano menor pero desde la ficción. “Cuando lo terminamos de ver en el examen profesional, tuvimos un momento muy catártico donde mi hermano y yo nos abrazamos. A toda mi familia le emocionó. Yo había tenido conversaciones con ellos respecto de mi sexualidad. El corto ayudó a cerrar el ciclo. Especialmente mi relación con mi hermano. Fue un corto dedicado a él”.


“Necesito del mar porque me enseña”

La Mar de Pablo Neruda.

Entre las referencias argumentales y visuales de Martín Jaffe destacan realizadores como Yorgos Lanthimos (The Lobster, 2015), Xavier Dolan (Les Amours Imaginaires, 2010) y Julio Hernández Cordón (Te Prometo Anarquía, 2015). “Me fascinó la idea de Lanthimos  de la creación de un mundo muy parecido al nuestro pero con un elemento distópico”. Mientras en The Lobster, la soltería es vista como innatural y los individuos deben permanecer en un hotel hasta encontrar pareja en menos de 45 días, en Reset, las personas son sometidas a un internamiento forzoso de tácticas terapéuticas de aversión que finaliza con una marca en el antebrazo de los pacientes.

Y tu Mamá También (IMDb)

Del mexicano Hernández Cordón, se inspiró en el diseño de arte de Te prometo anarquía (2015) que define como “sketchy” pero también con influencias argumentales. “Era esta historia de dos personajes en contra del mundo, contra una sociedad. La filmografía de Alfonso Cuarón también es referencia de manera indirecta por los personajes que son arrasados por el contexto en el que viven como en Los Hijos del Hombre (2006) o Y tu Mamá También (2001)”.

De Xavier Dolan, se inspira en la puesta en cámara y en el uso de recursos tanto visuales como metafóricos, como en las secuencias donde ambos hermanos imaginan que están en una playa. “Cuando vi este recurso en las películas de Dolan quise usarlo. Quizá nunca pudieron llegar hasta allá porque el ambiente donde vivían los consumió. No hay la posibilidad pero ellos construyen su propio paraíso dentro de su realidad. Como una declaración de que no importa el exterior. La playa es un fragmento de su imaginación y una aproximación a su pensamiento. A pesar de todo lo que están viviendo, están unidos y seguirán así”.

Historias por ver

Rodrigo Martín Jaffe es un director curioso, productivo, inquieto. Está en la búsqueda de un cine que muestre otros lugares, otros paisajes, otras historias de México. “Me parece que vivimos en país muy diverso y hermoso, que tiene mucho que ofrecer a nivel visual y humano ¿Cuántas historias nos estamos perdiendo por no poder voltear a verlas? La película de Ernesto Contreras Sueño en otro Idioma (2017) tiene el gran logro de ser filmada en Veracruz. En ese sentido me parece también muy importante la descentralización del cine”.

En el centro: Rodrigo Martín Jaffe, Tania Claudia Castillo y Emilio Leija (Morelia Programa)

Rodrigo Martín Jaffe cierra hablando de su paso por la Competencia Nacional de Cortometraje del Programa, al que ve como un encuentro de propuestas que generaron diversidad de opiniones y de públicos. Como un programa que mira al futuro desde un presente consciente. “Por ejemplo, Un Amor en Rebeldía (Camelina de Plata 2018) de Tania Claudia Castillo proviene de un pasado y lo combina con un presente. Para algunos podría tener un aire nostálgico y para otras personas significa la oportunidad de obtener luz y no olvidar de dónde vinimos”.

El siguiente paso profesional para Rodrigo Martín Jaffe después de Reset, fue dentro del primer Concurso Puerta de la Creación, donde su cortometraje Las Estrellas También Mueren, resultó ganador. Además de continuar con la exhibición de este trabajo en festivales, también se encuentra en la elaboración de la que proyecta sea su ópera prima, una road movie de Monterrey hacia otra ciudad.

[1]  Huxley, A. Mundo Feliz (1969). Plaza y Ganes: Barcelona, p. 20.

Fuentes:

DECOLONIZAR, RELEER, COMENZAR: EL PODER DE LA ARTISTA

ENTREVISTA CON MARTHE DJILO Y FRIEDA EKOTTO

POR PATRICIA RÍOS

4 de diciembre de 2018 

“El colonialismo fuerza al colonizado a preguntarse constantemente: ¿Quién soy en realidad?” The wretched of the Earth (Frantz Fanon, 1961)

Vibrancy of silence: A Discussion with my Sisters (2017) es un documental camerunés que nos transporta a historias sobre la identidad y la memoria histórica, a través de la conversación y producción artística de cuatro mujeres africanas en el exilio. La película es un acercamiento testimonios que no sólo reflejan una identidad colectiva, sino también testimonios individuales: “Es lo que queríamos mostrar. La línea del proyecto es recabar imágenes y producción cultural porque como minorías siempre es difícil continuar la producción”, justifican sus creadoras Marthe Djilo Kamga y Freida Ekotto a propósito de su paso por Morelia en la pasada edición del Programa de Diversidad.

En el compromiso por crear y compartir su conocimiento a las nuevas generaciones, el derecho a la diferencia sale a la luz, tanto en el aspecto cultural como en el sexual, desde un acercamiento crítico hacia el pasado colonial. Este trabajo de recuperación histórica pone en cuestión elementos como el lenguaje y las raíces, partiendo de la premisa de que el cuerpo, así como el territorio, ha sido colonizado, y junto con él nuestra sexualidad. “Las siguientes generaciones saben que tenemos historia, así que deben revisarla y ver qué rescatan de ella, descubrir quiénes somos, porque muchos de nosotros hemos nacido en países occidentales. No se sabe mucho de nuestra historia”, menciona Djilo. Por su parte Frieda Ekotto ve al documental como una oportunidad para hablar de ellas mismas: “ La dependencia es creer que necesitamos estar vinculados con el Occidente, pero aquí hay posibilidades. No necesitas ir a París o Londres o Nueva York, es crucial hacerlo desde el Sur Global”.

I. ÁFRICA Y LA SEXUALIDAD

África es un continente con un alto porcentaje de Estados con leyes que criminalizan o penalizan las actividades sexuales no heteronormativas a través de años en la cárcel y en algunos casos hasta la pena de muerte, entre ellos se encuentran Mauritiana, Uganda,Zambia, Tanzania, Libia, Argelia y Marruecos. “En cada familia existe un homosexual, ésa no es la dificultad sino hacerlo público, por lo que debes estar dentro del clóset. Los problemas comienzan cuando quieres reivindicar derechos” menciona Djilo Kamga, quien llama a este fenómeno un ‘neo-colonialismo sexual’.

 Las autoras defienden que la liberación sexual en África no puede seguir los mismos pasos que la emancipación occidental.Están conscientes que la lucha que ellas llevan es diferente a la del SigloXXI, momento en el que las nuevas generaciones están cotidianamente en contacto con el Occidente a través de la televisión o redes sociales: “Nosotras sólo podemos darles herramientas a las jóvenes, no responsabilidades”, menciona Ekotto que sostiene que la dominación sobre la sexualidad en el continente fue un elemento colonial, particularmente de franceses y británicos, la cual se manifiesta tanto en creencias religiosas como en el lenguaje, sin embargo,menciona, en la estructura lingüística en la que ella opera no existen términos como homosexualidad, lesbiana, pero sí palabras que describen la intimidad: “Yo no uso la palabra ‘lesbiana’, yo hablo de ‘mujeres que aman a otras mujeres’”. Por su parte, Djilo Kamga desafía estos términos al escribir en francés“Siempre uso el término ‘las homosexualidades’, nunca ‘la homosexualidad’”.

En I am sheriff (2017)de Teboho Ekins, cortometraje que formó parte de la curaduría que hizo el Festival Zinegoak en Morelia, un chico trans, Sheriff Mothopeng, recorre comunidades africanas para proyectar videos sobre la comunidad LGBT+ procurando crear conciencia al respecto. “Mi madre vivía en una aldea en el Congo. Ahí te dan la bienvenida, puedes sentarte y hablarles sobre estos temas. Ellos comprenden, no es que sean inhumanos u homofóbicos, sólo necesitas explicarles qué sucede”, explica Ekotto. “Mi madre vivió con una mujer el resto de su vida desde que mi padre murió, la llamábamos ‘tía’ porque era como nuestra mamá.Nadie les cuestionaba nada, dormían en la misma cama, vivían sus vidas”.

II. VIBRA EL SILENCIO DEL COLONIALISMO

En 1950 el poeta martiniqués Aimé Césaire en su “Discurso sobre el colonialismo” denunció el saqueo del pasado a sujetos colonizados. Recalca que la historia, inquieta, les permite a los seres humanos reinventarse socialmente, opción solamente posible si se es libre de determinar y asumir una cultura propia. Para 1961 su compatriota, el psiquiatra Frantz Fanon publicó por primera vez su célebre obra “The wretched of the Earth”, donde sustenta al colonialismo como “la sistemática negación del Otro, la determinación frenética de negarle cualquier atributo de humanidad, el colonialismo fuerza al colonizado a preguntarse constantemente: ¿Quién soy en realidad?” [1]. Condenado a la alienación del sí mismo, de su cultura y autodeterminación ontológica, el colonizado se vuelve así un sujeto dependiente de Occidente.

“Hay mucha gente completamente empobrecida gracias al (colonialismo), son prisioneros del sistema, no hay liberación”, comenta Ekotto sobre los estragos piscológicos post-coloniales. El sujeto colonizado vive un proceso de deconstrucción y reconstrucción de una identidad acallada y sometida sin que haya vuelta atrás. Al ser irreversible, la solución para el colonialismo es trascender sus cadenas y crear un presente mejor.

“Seguimos sometidas a poderes coloniales, no se nos permite expresarnos, pero pienso que las siguientes generaciones pueden tomar la oportunidad de decir lo que tiene que decir, pero ¿cómo podrán hacerlo si no conocen su historia?”, apunta Djilo. “En África la gente está confundida porque no les han dicho que no deben estarlo. No es que seamos un pueblo sin historia, sino que el colonialismo la ha borrado, por eso debemos volver a ella. Yo quiero leer toda la bibliografía colonial y deconstruirla para ver qué es lo que nos falta para mejorar”.

III. EL PODER DE LA ARTISTA EN EL SUR GLOBAL

La vida es una red intersubjetiva en la que nos construimos y reconstruimos a las personas que han pasado por ella. “No tienes solamente una identidad, tenemos múltiples. A donde quiera que vayas estás en contacto con gente, mis raíces se construyen de estas conexiones. Desde mis comunidades quiero construir algo para el Sur Global, tenemos que crear un mundo con los Sures”, menciona Frieda.

En México, según las observaciones de Ekotto, a pesar de que legalmente la homosexualidad no está penalizada, el pasado colonial que comparte con Camerún provoca otra clase de rupturas: “hay lazos familiares que se destruyen gracias a la creencia judeo-cristiana de que no debes dormir con el mismo sexo”.

Por otra parte, haciendo referencia al “tercer cine”, el movimiento cinematográfico que se dio en Brasil durante la década de los 70’s, Freida explica que en el Sur Global del que es parteMéxico, hay lugar para crear nuevos imaginarios: “Debemos crear herramientas para entendernos entre nosotros. El estar en México para nosotras es muy importante, con este tipo de intercambios podemos crear espacio en las grietas, dialogar. Si no hacemos esto nosotras nadie lo hará, México es parte de eso, aquí es donde debe empezar”.

Para ambas mujeres, el poder la artista está en decolonizar, releer la historia y comenzar a hablar de temas que no se discuten, comenzando por la sexualidad en general, tarea que sólo se puede llevar a cabo poco a poco, desde la cultura y las artes, sin esperar por cambios políticos. Es cambiar la relación que tenemos con la sexualidad. La heterosexualidad incluso llega a ser un tabú cuando las relaciones amorosas están rodeadas de protocolos sociales fundamentados en el machismo y el pudor excesivo, no sólo en África sino también en Occidente, incluyendo México.

[1] Fanon, Frantz, The wretched of the Earth, Estados Unidos, Grove Press, 2004, p.182.

AN INTERVIEW WITH MARIE LOSIER AND SAUL ARMENDARIZ

“MAGICAL REALISM ON CELLULOID”: INTERVIEW WITH MARIE LOSIER AND SAÚL ARMENDÁRIZ //  BY PATRICIA RÍOS                

“Do we love? Do we play?”. (The touch, Marie Losier)

On October 21, the Mexican premiere of Cassandro, the exotico!, directed by Marie Losier at the Clavijero Cultural Center, was held as part of the director’s retrospective at the III edition. After being premiered at the Cannes festival, in ACID, the documentary finally arrived at Mexico, home of the film’s protagonist, the exotic fighter Saúl Armendáriz, «Cassandro».

In an interview given four our editorial, both mentioned being excited about presenting the film in the capital of the State of Michoacan. «It was a challenge for me to see how Mexico reacted because it is all about Mexican culture,» the fighter mentions. The reactions were applause, cheers and congratulations. Both director and protagonist had the opportunity to talk with the public from Morelia on three occasions, and Losier was surprised to find people of all ages and contexts: «Being a foreigner in Mexico is wonderful because the audience is extremely warm and welcoming».

Losier’s films are a celebration of life. Similar to a dream, her stories immerse the viewer in a festivity of freedom, love and fun. Be it sirens, anthropomorphic animals, wrestling women or underground artists, Losier’s characters, inclined to art and revolution, enjoy their authenticity with a sense of humor, managing to challenge not only gender roles, but any category. She is involved in the whole process: costume design, set design, script, direction, editing, and sound design. Her favorite tool is the roll of 16mm, with which she keeps the surprise of the development and the addition of the sound.

She was born in France, lived for 22 years in New York and spent almost a decade recording the life of a man who lives in the duality between El Paso and Ciudad Juarez; for her, home is more important than nationality «I do not think of being French or American. This film is about Cassandro and the cinema, but I think it’s beautiful that Cassandro is in his country. The Mexican audience at the premiere felt immediately connected with him because they understand where he comes from».

Her work, strongly influenced by painting, is expressed in an audiovisual collage that follows her character with a deep and sweet intimacy, which she achieves after a long coexistence with her characters. «The beauty of my films is that I film my characters for many years, then everyone becomes a dear friend for life, and I think it’s something that the cinema can give, making a family even bigger, «says the director, who took seven years to make the documentary.

In her experience, Marie and Cassandro admit the challenges of working with people who feel so close, but also the advantages of creative chemistry «We play a lot! That’s what we have in common, we play and laugh» says the filmmaker with affection. Although the friendship between the two became stronger over the years, during Losier’s arduous record, the camera witnessed the fighter’s fall: «We went through many emotions, but it is part of life, of the process.» To which she replied: «Yes, there were difficult times, but that’s friendship. You are not just one thing, you are many, and in any case you resist, you keep company, you are patient, you have love. When you have love, everything flows. The key is not to judge. «

The dualities that Cassandro, the exotico! captured with charm and audacity are intertwined in a web of identities: «It’s not just that he’s an exotic fighter, it’s Cassandro and his culture, his relationship with Juarez and El Paso, with his family, being different layers of different personalities in terms of an inner battle that is also political, and simply, being a human being.» Thus, Losier’s portrait covers many facets of her protagonist’s life. His religion was professed through indigenous spiritual rituals and his Catholic roots and «after going to church, we went to wrestling,» says the protagonist in the documentary; his relationship with his childhood, memories and wounds; even moments when he would have preferred not to be filmed: «What Marie did is that it helped me go very deep in my heart and talk about things that I do not like to talk about or relive».

Losier’s interest in wrestling is based on her theatrical nature and comes from her childhood when she watched El Santo movies, so her transition to a country like Mexico, based on magical realism, was natural. When she lived in New York, it was easy for her going to Mexico City , where she used to attend the Arena Mexico to see live fights. It was here that she began to portray them, as can be seen in her short film Bim Bam Boom. Las luchas morenas (2014). It was also the time when she made contact with Cassandro, from whom she decided to make a documentary after a conversation they had in the trajineras of Xochimilco.

The filmmaker was interested in the fighter’s life thanks to her emotional duality, which she found all around her. «Mexico is a daily cinematic celebration of sadness and joy, overwhelmingly dramatic. Somehow I feel close to that. Life always goes from tears to laughter. You are sad, you live difficult moments, and at the same time you celebrate being alive, you celebrate creating, because creating helps you, as well as wrestling. For me, making movies is being alive. Register life is to make sense because you always take the best of it”, says the director referring to the similar importance of wrestling in the life of Cassandro, which helped him to move forward after years of abuse as a child:» The message that Marie gives through her camera is that if you fall, you have to get up and if you fall again, you get up again, it’s an internal war».

Cassandro has just celebrated 30 years of being a professional wrestler, a career in which he has been three times winner of the world and fought at the Louvre Museum; however, lately he has not spent much time in the ring: «I’d better be backstage creating new talents».  He has earned the professional success and affection of the audience thanks to his talent as a fighter, which, despite being accompanied by a multiplicity of identities (as the director wants to show through her lens), it is not limited to his sexual orientation or gender identity: «In El Paso, my land, I am followed by many people and it has nothing to do with my exoticness, but because of my professionalism since I am a very good fighter, from a very good school and people are looking for me for something» says the fighter, who is currently teaching in Mexico, the United States and some European countries.

In the documentary you can listen to him talking about his sexual preference, machismo, and what it means to decide to wear makeup and diamonds in Mexican wrestling, and not a mask «I have earned my place and I will always represent my community where I have to be, because I will not let politics or a president define me. I am against the tide, but for a good cause because today these are not the times to kill each other, of bullying, of many things. Almost every day I can run into homophobes». Cassandro approaches diversity from the point of view of discrimination and activism in favor of the acceptance of sexualities: «My plan is to continue helping, passing on the message, not shutting up for my LGBT community because homosexuality it’s not a disease, but discrimination is».

On the other hand, diversity for Marie includes, but surpasses the sexual and the labels: «I do not like to put things in boxes, I hate being cataloged as ‘documentary’, ‘fiction’, ‘LGBT’, I like to be more open. There is a great diversity of people, of films, of creations, without hierarchy, without ‘more money’ or ‘less money’ «. Both, however, recognize human beings as a multiplicity of identities that lies on the foundations of universality: «we are culture, we are the places where we have lived, and yet we have all faced the challenges of being human».

When talking about the future, Cassandro said that in addition to promoting new fighters, he plans to remain an activist in favor of freedom and against discrimination «Life does not depend on what others accept, but on how to accept yourself, you have to walk your own way, but with beauty and a lot of serenity in these times of turbulence, wars, killings in Juarez and El Paso.» After her Retrospective at the Morelia Programa, Marie will return to teach cinema and continue with projects. «I love telling young people what I can do. I will also start from scratch for another movie, with the highs and lows. I hope it’s something beautiful.»

In addition, the artist will return to her roots in New York City for the exhibition of three programs of her short films and one of her never-before-seen archives at the MoMA, an event organized in celebration of the integration of her short films into the collection of the emblematic New Yorker museum. In addition, the artist will have a presentation entitled Animal Kingdom: Tales of Sweet and Bitter at the Metrograph: «New York is crazy. Every day there is a celebration of madness. Everyone I met, loved and filmed is crazy».

«OASIS» DE LA CLANDESTINIDAD A LA VISIBILIDAD. Entrevista con Alejandro Zuno

«En general creo que todo el cine de diversidad además de tener un valor cinematográfico, también tiene un valor social cuando aporta a la visibilidad».

En Oasis, segundo cortometraje de Alejandro Zuno (Cuarto de Hotel, 2016), Ofelia (Norma Pablo) sale del metro Bellas Artes de la Ciudad de México y camina por la emblemática Alameda Central del Centro Histórico. Tiene un objetivo: encontrar el Bar Oasis, donde, según una amiga suya, su marido Agustín pasa las noches bailando con otros hombres. La vida es azar, casualidad y lo que se creía encontrado es sólo un paso a lo que en verdad se necesita. Ofelia, en la búsqueda de lo que pensaba era suyo, hallará algo nuevo, Jackeline (Morgana Love), una prostituta transgénero que la levanta de su caída ante la revelación del Oasis.

Zuno, realizador, guionista y editor cuequero, siguió los pasos de Ofelia por la línea azul del metro para llegar a la función del Programa de Diversidad Sexual + en el Museo Memoria y Tolerancia, donde Oasis (recientemente galardonado con el Premio Ariel y la Diosa de Plata) fue presentado para participar en el cine debate del Centro Educativo Tuper y responder a las preguntas respecto a su inspiración para el diseño de arte, hasta sus preocupaciones por la situación socio-política de la comunidad LGBT+ en México. “Pensaba que iba a haber mucha gente joven y mucha gente gay. Me di cuenta que había un público muy diverso. Siempre es muy enriquecedor escuchar sus comentarios”.

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Alejandro Zuno durante la sesión de Q&A en el Museo de Memoria y Tolerancia (Patricia Ríos)

  • El CUEC y el oficio del asistente de dirección.

“Me dejé llevar por esta cosa de asistir, asistir, asistir, y de repente me entró esta necesidad muy fuerte por dirigir. Entonces levanté Cuarto de Hotel de mi dinero, sin apoyo, y en realidad mi único objetivo era volver a dirigir”.

En 2002, Zuno comenzó sus estudios en el CUEC donde conoció a Ernesto Conteras (Párpados Azules2007), a quien considera su “padrino cinematográfico”. “Él iba saliendo del CUEC cuando yo entré. Generalmente dos alumnos destacados de la última generación forman parte del comité de selección de la nueva generación. Cuando yo entré en ese comité de selección estaban Ernesto Contreras y Alejandra Sánchez (Smuack, 2015). Ernesto me asesoró en la tesis, me invitó a asistirle en dirección en Las Oscuras Primaveras (2014), y tenemos una relación armónica de colaboración, de intercambiar opiniones. Él me da a leer sus guiones, yo le doy a leer los míos; nos vamos a tomar un mezcal y platicamos de nuevas sugerencias”.

Una de las huellas más importantes que le dejó su periodo universitario fue la camaradería con sus compañeros de generación, con quienes sigue colaborando en proyectos, como con su fotógrafa Ximena Amann: “Nos conocemos tan bien que ella sabe mis gustos, yo sé lo que le gusta a ella. Poner la cámara, encuadrar, hoy resulta muy sencillo.” Fue en esta época cuando comenzó a establecer las preocupaciones que guiarían su trabajo, particularmente aquellas en las que se encuentren la sinceridad y un impulso enraizado en historias profundas y personales.

En el CUEC tuvo a maestros como Roberto Fiesco (Club Amazonas, 2016) quien menciona haberle dado su primera oportunidad como segundo asistente de dirección. “A mí este oficio me ha permitido vivir del cine”, menciona el cineasta que también ha colaborado con Astrid Rondero (Aguas Quietas, 2011), Luis Urquiza (Obediencia Perfecta, 2014), entre otros. Con agradecimiento y humildad, declara que ha aprendido mucho y que desde entonces ya sentía el ímpetu de dirigir su propio proyecto: “Me dejé llevar por esta cosa de asistir, asistir, asistir, y de repente me entró esta necesidad muy fuerte por dirigir. Entonces levanté el cortometraje Cuarto de Hotel (Selección Oficial, FICM 2016), de mi dinero, sin apoyo, y en realidad mi único objetivo era volver a dirigir. Ya tenía una necesidad muy fuerte por crear. Ahora lo que me está sucediendo es que tengo que irme despidiendo poco a poco de la asistencia y empezar a concentrarme en mis proyectos como director.” Este cortometraje significó no sólo el regreso de Zuno a la dirección, sino también el inicio de su firma autoral. En él se vislumbra una tenue pero enriquecida crítica social a la situación de las mujeres trans en México, relacionado con los temas morales, económicos, religiosos, morales y de derechos.

Cuarto de Hotel (Filmin Latino)
Fotograma de «Cuarto de Hotel» (Filmin Latino)

  • Rostros de mujer, cuartos de hotel.

“En el cine mexicano hay muchas protagonistas mujeres, pero son protagonistas llenas de estereotipos y tienen preocupaciones superficiales. Me surge esa necesidad de visibilidad de otros rostros de la mujer”.

Un gran tema que ha comenzado a influir en su obra es el mundo femenino. Su primera influencia fue la relación con su madre: “Cuando yo nací ella tenía 18 años, estaba estudiando la carrera en la UNAM y estaba envuelta por un ambiente o búsqueda de cosas distintas. Yo recuerdo que en casa no había televisión y ella buscaba mostrarme otras cosas.” Aunque su madre es economista, se interesaba por acercar a Alejandro al cine. Un vívido recuerdo son las proyecciones infantiles en la Muestra Internacional de Cine: “Me llevó a ver películas francesas. Mucho tiempo después yo identifiqué ‘¡Ah, claro! Eso era de Chabrol (Le Beau Serge, 1958) y ella ni lo sabía.” Cuando le comentó sus intereses, ella se encargó de fomentar su primer acercamiento al cine: la actuación. “Me empezó a llevar a clases de teatro para niños, luego para adolescentes. Pasé casi toda mi adolescencia en la Casa del Teatro y ahí fue donde descubrí que existía un director que trabajaba con los actores y que llevaba la batuta”. La literatura también ha sido una herramienta importante de inmersión hacia ese universo. “Ahora estoy clavado con una canadiense que se llama Alice Munro (Premio Nobel de Literatura, 2013). Son historias cortas y siempre sus protagonistas son mujeres, me interesa mucho el mundo femenino.”

Su trabajo es el reflejo de historias sobre sus preocupaciones por la sexualidad y la identidad de género, en conjunto con sus implicaciones sociales. Dentro de sus personajes están prostitutas trans, jóvenes gay tomándose de la mano en público y mujeres sensibles pero fuertes. No es fortuito que dentro de sus principales influencias estén Pedro Almodóvar (La Ley del Deseo, 1987), François Ozon (La Piscina, 2003) y Julio Medem (Habitación en Roma, 2010): “Estoy viendo que en el cine mexicano hay muchas protagonistas mujeres, pero son protagonistas llenas de estereotipos y tienen preocupaciones superficiales. Yo digo ‘bueno, no son mis amigas, no son las mujeres a mi alrededor’, entonces también me surge esa necesidad de visibilidad de otros rostros de la mujer”.

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)

Los elementos comunes que ha mostrado hasta ahora, son los cuartos de hotel, los personajes de la comunidad LGBT+ y los confidentes inesperados. Dos mundos diferentes que se entienden muy bien y encuentran en el otro comprensión, amor y cariño. Para él, la vida está marcada por casualidades. Es por ello que sus personajes están unidos por relaciones azarosas, y sólo por un corto tiempo. En Los Ojos de Emilio (2005) un chico que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias por amor, lo encuentra en una relación casual pero inolvidable. En La Despedida de Eugenio (2009) el vacío y la tristeza se disuelven en abrazos y confesiones; Cuarto de Hotel (2016) la identidad clandestina QUE encuentra su luz en una completa desconocida; por último en Oasis, Ofelia descubre un paraje en medio del desierto en Jackeline.

Oasis es la culminación de un camino de aprendizaje. Ha sido el proyecto en el que ha percibido más colaboración con su equipo y donde elevó sus propios niveles de exigencia: “Ya no quiero trabajar si no es de esa manera, porque significa respeto a mi oficio, pero también al espectador. Lo que me quedó claro es que di el cien, no pude haber dado más, fue una entrega absoluta al trabajo. Aprendí mucho del trabajo con los actores, me preparé mucho para enfrentarme a ellos.” Sus dos actrices protagónicas son Norma Pablo (Fisuras, Roberto Fiesco, 2016) y Morganna Love (Made In Bangkok, Flavio Florencio, 2015): “¡Con ellas hice un trabajo!” dice entre risas “sólo son 16 minutos y estuvimos trabajando mes y medio; con Morganna dos meses de varias sesiones a la semana para la construcción de personaje.”

El cineasta mencionó estar muy agradecido con el equipo que colaboró en este cortometraje: “Yo hice Oasis invitando a mis amigos. El presupuesto era muy poquito y no tenía para pagarles lo que ellas cobran, y la verdad es que lo hicieron porque nos queremos, porque hay una visión en común, porque había una historia que nos entusiasmaba juntos. Eso también rescato de haber asistido, he conocido gente maravillosa.”

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)

  • VIH, machismo y galardones

“Una problemática social que a mí me parece muy dramática es el de las mujeres infectadas con VIH/SIDA. Realmente hay pocos estudios sobre eso, pero es la tercera epidemia de SIDA en el país”.

Es por todo esto lo anterior –la colaboración con su equipo, el trabajo exhaustivo con sus actrices, su absoluto compromiso- que Oasis ha sido su película más exitosa hasta el momento (ganadora recientemente del Premio Ariel a Mejor Cortometraje de ficción). Pero Zuno no se deja llevar por el brillo del reconocimiento: “Ganar un premio se siente muy bonito, pero los premios los puedes poner en tu librero y ahí se quedan, creo que lo importante es seguir filmando.”

Uno de los logros de esta película fue haber recibido el apoyo del IMCINE, lo cual Zuno reconoce como un avance institucional contra la fobia y discriminación a la comunidad LGBT+, tanto con los realizadores como con las historias: “Yo escucho historias de Roberto (Fiesco) sobre que en esos años era muy difícil encontrar apoyos gubernamentales porque no se apoyaban películas de homosexuales, y ahora Oasis está filmado con un apoyo del IMCINE. Yo tuve la oportunidad de ser jurado ahí y lo que discutíamos era la calidad de los proyectos, no los temas. Creo que ha habido un avance importante.”

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)

Oasis es un paso adelante en materia de visibilidad de la diversidad sexual y sus impactos sociales. “Una problemática social que a mí me parece muy dramática es el de las mujeres infectadas con VIH/SIDA. Realmente hay pocos estudios sobre eso, pero es la tercera epidemia de SIDA en el país: mujeres de bajos recursos, baja escolaridad, que son infectadas por sus maridos que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio. Este fenómeno me parece que encierra, que habla mucho de nosotros como sociedad. Por un lado, que no hemos sido capaces de aceptar nuestra diversidad, y por eso hay tantos hombres que se ven llevados a llevar una vida heterosexual: casarse con una mujer, tener hijos, pero no es que lo hagan por cabrones, lo hacen porque también son víctimas de una sociedad que no les permite vivir abiertamente su preferencia sexual y ellos creen que no hay otra alternativa. Claro, los deseos pueden más y se ven llevados a llevar una vida clandestina y no saben cómo cuidarse, protegerse, porque tampoco les están llegando las campañas de prevención o detención.”

El reto para Zuno fue escribir un guion con una crítica social implícita y objetiva, que no cayera ni en lo explicativo ni en los juicios. Un ejemplo es la escena en la que Ofelia entra al bar Oasis: “Yo no quiero juzgar a mis personajes. No quería decir ‘este hombre es un cabrón’, y de hecho se muestra el lugar como un espacio de celebración, no es un lugar sórdido, no vemos a los hombres tristes. Se ven felices, sonriendo, porque me parece que la labor del cineasta con sus personajes es abrazarlos y comprenderlos sin importar las circunstancias que estén viviendo y hacer una crítica más profunda pero no a ellos sino al contexto social que nosotros mismos hemos generado y permitido que siga.

Las víctimas de la violencia y la discriminación no sólo son de la comunidad LGBT+, son también las mujeres heterosexuales que confían ciegamente en sus esposos pero que en realidad desconocen sus preferencias sexuales, un tema importante de visibilizar: “Me sorprende cómo la comunidad gay hemos aprendido a cuidarnos y hemos dejado de ser un grupo vulnerable, y las mujeres que están casadas, que llevan una vida monógama se han convertido en un grupo vulnerable. Entonces espero que esté aportando visibilidad a eso, en general creo que todo el cine de diversidad además de tener un valor cinematográfico también tiene un valor social en ese aspecto de aportar a la visibilidad.”

Ariel (Multimedios)
Con «Oasis» Zuno ganó el premio Ariel a Mejor Cortometraje (Multimedios)

  • El cine, su compromiso con la comunidad LGBT+

“Mi ópera prima trata de la intersexualidad, es un tema que es muy difícil, mucha gente ni siquiera sabe a qué se refiere. Espero que efectivamente los premios abran puertas que voy a seguir tocando”.

La preocupación de Zuno por el ambiente político en materia LGBT+ se puede encontrar también en su cortometraje 25 Días de Lluvia y Sol (2005) para el cual documentó la 25ª marcha del orgullo en la capital mexicana. Hoy, a quince años del documental, ve en el país un proceso diverso, pero aún sin concluir: “En esos años uno no le daba tan fácil la mano a su novio en la calle, y ahora se ha vuelto una imagen común en ciertas zonas de la Ciudad de México: en la Condesa, en la Roma, en la Zona Rosa. Todavía hay otras zonas donde es más complicado, pero en general creo que en la Ciudad sí ha habido una apertura hacia la diversidad sexual, pero no sucede lo mismo en otros estados del norte o del sur. Justo esta epidemia de VIH/SIDA está en Chihuahua, en Nuevo León, en Estados donde todavía reina una sociedad más conservadora, el machismo, donde muchos hombres a pesar de ser homosexuales no conciben vivir abiertamente su preferencia sexual y se tienen que casar.”

Al respecto, Zuno ve como algo muy positivo el que se cuente con espacios donde se puedan exhibir películas sobre diversidad sexual en México, en pos de crear visibilidad de las comunidades que han sido marginadas y discriminadas: “Lo que está haciendo ahora el Programa de Diversidad Sexual + de Morelia, de presentar películas en el Museo de Memoria y Tolerancia se me hace genial, es una labor increíble que reivindica la difusión. Cuando existen estas cosas nos da esperanza a los directores.”

El cineasta también tuvo oportunidad de darnos un adelanto de su siguiente trabajo. Su ópera prima abordará otro color del prisma de la diversidad sexual, continuando por el camino de presentarnos de manera humana a las personas que no se retratan frecuentemente en el cine mexicano: “Mi película trata de la intersexualidad, es un tema que es muy difícil, mucha gente ni siquiera sabe a qué se refiere, estoy un poco preocupado de no conseguir los apoyos. Espero que efectivamente los premios abran puertas, yo voy a seguir tocándolas”.

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Alejandro Zuno en el Museo de Memoria y Tolerancia (Patricia Ríos)

Si algo muestra el cine de Alejandro Zuno, sea o no su intención, es que la humanidad es rica porque es diversa. Hay poco control en el azar, en la vida cotidiana; paradójicamente es la responsabilidad de la sociedad, la construcción del entorno, sea a partir del arte o de asociaciones civiles.

Con este espíritu, es primordial combatir el miedo a la libre expresión, a dejar ir y sentir amor. Moerlia continuará en su esfuerzo por ampliar los espacios, las temáticas, la libertad de expresión en el cine mexicano para que cineastas como Alejandro Zuno, puedan encontrar sus voces y brindar historias que no apelen a prejuicios, sino a sentimientos universales; para que las mujeres y la comunidad LGBT+ se puedan sentir fielmente representadas en pantalla fuera de estereotipos anacrónicos fundados por el odio, la incomprensión, la distancia, la cosificación. Mujeres como Jackeline, deben ser vistas a los ojos porque en cualquier desconocida puede descansar una amistad comprensiva, a pesar de las diferencia. Iluminar la clandestinidad y la vergüenza para que personas como Agustín puedan vivir su sexualidad libremente, de manera sana y con el regocijo del amor.

El Programa de Diversidad Sexual + de Morelia se siente honrado por la participación del galardonado cineasta mexicano Alejandro Zuno, en el Museo de Memoria y Tolerancia, y le desea lo mejor para su ópera prima y futuros proyectos, los cuales son parte de un camino hacia una cinematografía nacional orgullosa de su diversidad.

Fuentes: Vimeo Alejandro Zuno, IMDb.

Texto: Patricia Ríos con la colaboración de Antonio Harfuch y Frida Bárbara Monjarás