Para el Programa de Diversidad Sexual de Morelia fue un gran honor iniciar sus actividades el pasado miércoles 31 de enero en una función especial en el emblemático Cine Villa Olímpica de Tlalpan, que este año cumplirá 50 años.
Este espacio ubicado al sur de la Ciudad de México es dirigido por un extraordinario equipo conformado por Fernando Lescale, Jorge Fernández y Diego Robleda. Luego de haber sido construido por el Gobierno de la Ciudad de México en 1968, con motivo de los Juegos Olímpicos, reabrió sus puertas al público en 2016 con un aforo de 440 butacas.
Foto: Patricia Ríos
La función estuvo compuesta por ¿Y a ti qué animal te gustaría ser?, de Pierre Saint Martin; Dos ballenas, de Diego Cruz Cilveti; dragTHEqueen, de Emilio González; En tierra de machos el joto es rey, de Dave Carrizosa; In a Heartbeat, de Esteban Bravo y Beth David; Julkita, de Humberto Busto y Soy Alex, de Itzuri Sánchez y Joss Manz.
Foto: Patricia RíosSe contó con la presencia de Diego Cruz Cilveti, ganador del Premio del Público del II Programa de Diversidad Sexual, quien iba acompañado por su co-guionista Sofía Cruz Cilveti. Compartieron que el proceso de escribir el guion juntos fue muy cercano y autobiográfico. “¿Quién mejor para escribir un guion sobre hermanos que tu hermana?”, mencionó Diego.
Asimismo, acudió Leslie Corona, que habló sobre su experiencia como productora del cortometraje dragTHEqueen. Contó que el proyecto ganó el Premio del Público de Reto Docs 2017 y que requirió una investigación de dos años, además de significar un cambio en la vida del director al ser ahora drag queen.
Leslie Corona, Haydee Leyva, Diego y Sofía Cruz Cilveti. Foto: Antonio Harfuch
Esta primera función, la cual fue presentada por Brittmarie Hidalgo y por Antonio Harfuch, acompañados por el equipo del Programa, significó un esfuerzo por hacer visibles historias que den cuenta de la riqueza de la humanidad.
Cuando el jóven realizador y cinefotógrafo Diego Cruz Cilveti (Ciudad de México, 1993) ganó el Premio del Público del II Programa de Diversidad Sexual de Morelia, por su cortometraje Dos ballenas, su emoción no podía ocultarse. “Me quedé con ganas de decir un Goya, pero me dio pena. Hubiera sido muy divertido”. Su alma máter es el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, donde realiza la especialidad en cinefotografía. Entre sus trabajos como director de fotografía se encuentran El verano del cerillito (2014) y Chambelán (2017) ambos de Fabián León López, entre otros. Ahora como director -y co guionista con su hermana Sofía-, realizó Dos ballenas, trabajo que fue fondeado por una campaña en internet que llegó a la meta en tan sólo tres días.
Sofía y Diego Cruz Cilveti. Foto: Bárbara Monjarás
Tuvimos oportunidad de conversar con ellos sobre el origen de este ejercicio fílmico que conmovió al público de Morelia el año pasado. En en esta plática, nos contaron acerca de las anécdotas autobiográficas en las que se inspiraron. La transición de la adolescencia a la adultez que trasladaron a un guion que explora sentimientos y ansiedades de dos hermanos que deben enfrentarse a la vida y a los retos de crecer.
“La primera película que vimos después de que mis padres se divorciaron fue Life Aquatic (2004) de Wes Anderson, que fue el punto de partida de la relación tan fuerte que tenemos, y que aportó mucho al cortometraje: el tema náutico y el diseño de arte, que Sidney Rodríguez, la directora de arte, supo captar con excelencia”, explicó Sofía.
Fotograma Steve Zissou (Bill Murray) en «Life Aquatic» (Wes Anderson, 2004)
Las ballenas se vuelven un elemento de identificación y obsesión del hermano mayor. Diego explica que se trata de una metáfora de su propio ser: “A mí las ballenas desde pequeño me han torturado, (risas) porque recuerdo que mis papás compraron un disco llamado Whales Alive (1987). Un día mi mamá puso ese disco y comencé a llorar, me sentí abrumado por la inmensidad. Además, en mi adolescencia encontré un documental en YouTube de la ballena de los 52 Hz, que canta en una frecuencia distinta y no se puede comunicar con las demás ballenas y está destinada a vivir sola. Lo que hice en este cortometraje fue que la ballena fuera cambiando de frecuencia, como una figura de la adaptación del personaje. Los personajes están viendo al abismo del futuro. Tienen una multitud de posibilidades y se sienten perdidos. Pero al mismo tiempo esta infinitud resulta emocionante”, comentan ambos.
“El mar siempre me ha dado miedo. Creemos que lo conocemos más de lo que en realidad sabemos. El mar es un símbolo de lo solos que estamos y del poder que tiene la naturaleza sobre el hombre. Siempre me gusta pensar en esta frase que dice ‘cuando miras al abismo, el abismo te mira a ti’, el mar tiene mucho de eso”, cuenta Sofía.
Sebastián Aguirre, Alejo Contreras
En Dos ballenas no hay elementos de los avances tecnológicos. Hay un aire nostálgico, donde no hay teléfonos celulares sino medios análogos como una grabadora telefónica de mensajes de voz donde escuchamos a su madre desde el hospital. “Una de las temáticas que más nos interesó tratar en el corto fue la comunicación. Regresar a la interacción cara a cara, porque me parece excesiva esta virtualización. Incluso a veces yo me encuentro a mí mismo con una dificultad para sentir. Nuestra comunicación con la realidad está intermediada por una pantalla, por eso me interesaba que el cortometraje fuera un respiro y volver a encontrar una verdad emocional directa y sincera”, explica Diego.
Sin esta vorágine de tecnología, los personajes resienten la ausencia de su madre. Esto parte de algo que vivieron cuando su madre estuvo en estado de coma por más de quince días. “Ese periodo que estuvimos solos en la casa fue una experiencia de reconocernos, como en el corto, aunque no empezamos con una relación tan destruida como la que vemos. También me interesaba hablar de esas etapas de transición, como el hermano mayor que sale de la preparatoria. Quise incluir esta parte de desconexión con los amigos de la prepa, por ejemplo”, cuenta Diego.
“Una de las temáticas que nos interesó tratar fue la comunicación. Regresar a la interacción cara a cara, porque me parece excesiva esta virtualización. A veces yo me encuentro a mí mismo con una dificultad para sentir», Diego Cruz Cilveti
Fotograma «Dos Ballenas»
“Como yo era menor de edad en ese entonces, no me dejaban pasar a visitarla en el hospital. La pasé muy mal; estaba pasando por cosas muy fuertes por toda esta situación emocional. Diego también, por eso quisimos mostrar estas dos perspectivas porque de cierta manera el mismo acontecimiento lo experimentamos de formas distintas”, agregó Sofía.
Explican que para escribir el guion, Diego hizo un primer tratamiento y comenzaron a rebotar ideas. “Lo que hizo Sofía fue una versión en prosa de su punto de vista, porque ella ha escrito muchos cuentos cortos, entonces de ahí salieron muchísimas imágenes, mucho de la situación del hermano con el chico que no le corresponde, cosas que yo sentía que iban a quedar más completas si era ‘en estéreo’, o sea, incluir dos puntos de vista para ganar más perspectiva”.
“En cierta manera mi estilo literario ha evolucionado mucho, antes era más cursi, (risas) medio John Green. Había cosas que no sonaban reales y creo que Diego le ayudó a darle más realismo y más cuerpo”, confiesa Sofía.
Fotograma «Dos Ballenas»
El personaje del hermano menor, Nicolás, fue inspirado en un amor no correspondido de Sofía. “Queríamos incluir esa cuestion del amor que no es bueno para ti”, cuenta Sofía. Nicolás, interpretado por Sebastián Aguirre (Güeros, 2014) está enamorado de otro chico que no le corresponde y que le cuesta superar. “Quisimos presentar el hecho de que su homosexualidad no fuera un tabú. Esto en cambio, fortalecía la relación de ambos hermanos. Amigos míos han pasado por eso y sé de las diferentes experiencias que pasan en sus relaciones familiares después de que se enteran de que son homosexuales. Me interesaba observar las repercusiones que hay en cada familia con un miembro gay. Siento que es algo que ya no debería de ser un tema tabú. El problema real del hermano es justamente no ser correspondido. Es de lo que deben hablar, no de su homosexualidad. Para mí esa es la transgresión: no tener ni siquiera que hacer alarde de eso”, cuenta Diego.
Al respecto, Sofía comenta “Sigue habiendo muchos problemas para salir del clóset y hablar del tema, pero también han habido avances. Entonces, es importante que un personaje pueda ser gay o transgenéro y que sólo sea una parte de su personalidad y no que implique todo el enfoque, porque la sexualidad sólo es un aspecto de lo que eres, no lo es todo. Además, ayuda a atenuar los estereotipos”.
Fotograma «Güeros» (Alonso Ruizpalacios, 2014)
Por otra parte, el hermano mayor se enfrenta con otro duelo, que tiene que ver con la ansiedad y el pánico. Diego cuenta que eso viene de una situación que él mismo experimentó. “Cuando salí de la prepa empecé a tener ataques de pánico. Fue algo que veía en el cine pero que no estaba verdaderamente retratado. Por ejemplo, Güeros (2014) de Alonso Ruizpalacios, logra retratar esos ataques de pánico, que de hecho me sirvieron de inspiración. También quería hacer una exploración sonora, comunicar el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, el calor, etc, pero a través del sonido y de la imagen sonora del mar. Como dicen al final: comparar el mar con el espacio, como este vacío que te rodea y que te pesa”.
«Siento que es algo que ya no debería de ser un tema tabú. El problema real del hermano es justamente no ser correspondido. Es de lo que deben hablar, no de su homosexualidad. Para mí esa es la transgresión: no tener ni siquiera que hacer alarde de eso”.
Sofía y Diego Cruz Cilveti. Foto: Bárbara Monjarás
Para retratar la soledad que vive el personaje, buscó que el departamento tuviera vida y fuera un reflejo de la psicología de los personajes “por eso el tratamiento de los colores, muy vivos como en El Resplandor (1980) de Stanley Kubrick. Ahí me apoyó mucho la directora de arte. De hecho, la locación es la casa donde vivimos”.
“En esa casa pasamos por situaciones muy fuertes durante nuestra infancia que dejaron vibras que todavía hoy se pueden sentir. Hay cosas que están reproducidas en el corto tal y como sucedieron, casi calcadas. Justo esta escena en la que está deshecha el lado derecho de la cama, lo hicimos así porque así duerme mi mamá. Cuando mi mamá tuvo su crisis yo fui la que habló a la ambulancia, como estaba desmayada en el baño, vinieron los paramédicos y para sacarla la tuvieron que subir a una silla del patio, entonces me acuerdo que una vez que volvimos a la casa después de todo lo ocurrido, entré al cuarto de mi mamá y estaba la silla todavía tirada y las cortinas cerradas. Siento que es ese tipo de imágenes que se te quedan completamente grabadas en la cabeza para siempre, y creo que era muy importante transmitir eso”, cuenta Sofía.
El rodaje duró cinco días. Se trató de un ejercicio escolar donde se quisieron agotar todos los recursos posibles. “Por eso decidí que fueran dos personajes en una sola locación. Bastián Pascal, el mejor asistente de dirección, analizó el guión a fondo e hizo una organización de rodaje, que además ayudó a que los dos actores se relacionaran y pudieran reflejar esa intimidad de hermanos. Lo más difícil fue transportar el equipo”.
“Creo que la curaduría de este año no eligió el camino fácil. El tema de la diversidad sexual se siente como un elemento presente que ayuda a salir de los estereotipos».
Diego y Sofía Cruz Cilveti en el XV FICM
Dos ballenas resulta en un cortometraje personal de autoreconocimiento, de episodios si bien lastimosos, llenos de experiencia. Resalta la sensbilidad de ambos hermanos en un proyecto artístico que los une y los redime. Este ejercicio fílmico es un reflejo sincero de una etapa de sus vidas que convierten en una mirada humana sobre lo que implica crecer y enfrentarse a la vida. “El primer corte, por ejemplo, lo hice en mi habitación que también es la del hermano mayor. Entonces fue una cosa fractal que ves en la pantalla en el escritorio y a ti mismo. Tanto antes como después vas reviviendo las vibras de cada lugar. Caricaturizamos cada lugar: el cuarto del hermano mayor está lleno de pósters e imágenes, como el reflejo de este caos mental y como una hipérbole de mi cuarto en la adolescencia”.
Para los hermanos Cruz Cilveti el proceso de co-escritura fue una aventura al interior de sus emociones; una catarsis cinematográfica. Su relación, en sus diferencias y similitudes, nos lleva a pensar lo mismo que apreciamos en el cortometraje: que se tienen el uno al otro.
Fotograma «Dos ballenas»
Diego y Sofía cierran esta conversación, no sin dejar de hablar de su paso por el II Programa de Diversidad Sexual de Morelia: “Creo que la curaduría de este año no eligió el camino fácil. El tema de la diversidad sexual se siente como un elemento presente que ayuda a salir de los estereotipos desde la sutileza de encontrar lo que es esencial a nuestras formas de relacionarnos como personas. Estamos muy agradecidos con el el Programa de Morelia por darnos este espacio y por abordar la diversidad sexual como algo propiamente de la humanidad”.
Director: Diego Cruz Cilveti. Guion: Diego Cruz Cilveti, Sofía Cruz Cilveti. Elenco: Sebastián Aguirre, Alejo Contreras, Jana Raluy, Reyes Bercini. Duración: 15 minutos. País: México