«OASIS» DE LA CLANDESTINIDAD A LA VISIBILIDAD. Entrevista con Alejandro Zuno

«En general creo que todo el cine de diversidad además de tener un valor cinematográfico, también tiene un valor social cuando aporta a la visibilidad».

En Oasis, segundo cortometraje de Alejandro Zuno (Cuarto de Hotel, 2016), Ofelia (Norma Pablo) sale del metro Bellas Artes de la Ciudad de México y camina por la emblemática Alameda Central del Centro Histórico. Tiene un objetivo: encontrar el Bar Oasis, donde, según una amiga suya, su marido Agustín pasa las noches bailando con otros hombres. La vida es azar, casualidad y lo que se creía encontrado es sólo un paso a lo que en verdad se necesita. Ofelia, en la búsqueda de lo que pensaba era suyo, hallará algo nuevo, Jackeline (Morgana Love), una prostituta transgénero que la levanta de su caída ante la revelación del Oasis.

Zuno, realizador, guionista y editor cuequero, siguió los pasos de Ofelia por la línea azul del metro para llegar a la función del Programa de Diversidad Sexual + en el Museo Memoria y Tolerancia, donde Oasis (recientemente galardonado con el Premio Ariel y la Diosa de Plata) fue presentado para participar en el cine debate del Centro Educativo Tuper y responder a las preguntas respecto a su inspiración para el diseño de arte, hasta sus preocupaciones por la situación socio-política de la comunidad LGBT+ en México. “Pensaba que iba a haber mucha gente joven y mucha gente gay. Me di cuenta que había un público muy diverso. Siempre es muy enriquecedor escuchar sus comentarios”.

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Alejandro Zuno durante la sesión de Q&A en el Museo de Memoria y Tolerancia (Patricia Ríos)
  • El CUEC y el oficio del asistente de dirección.

“Me dejé llevar por esta cosa de asistir, asistir, asistir, y de repente me entró esta necesidad muy fuerte por dirigir. Entonces levanté Cuarto de Hotel de mi dinero, sin apoyo, y en realidad mi único objetivo era volver a dirigir”.

En 2002, Zuno comenzó sus estudios en el CUEC donde conoció a Ernesto Conteras (Párpados Azules2007), a quien considera su “padrino cinematográfico”. “Él iba saliendo del CUEC cuando yo entré. Generalmente dos alumnos destacados de la última generación forman parte del comité de selección de la nueva generación. Cuando yo entré en ese comité de selección estaban Ernesto Contreras y Alejandra Sánchez (Smuack, 2015). Ernesto me asesoró en la tesis, me invitó a asistirle en dirección en Las Oscuras Primaveras (2014), y tenemos una relación armónica de colaboración, de intercambiar opiniones. Él me da a leer sus guiones, yo le doy a leer los míos; nos vamos a tomar un mezcal y platicamos de nuevas sugerencias”.

Una de las huellas más importantes que le dejó su periodo universitario fue la camaradería con sus compañeros de generación, con quienes sigue colaborando en proyectos, como con su fotógrafa Ximena Amann: “Nos conocemos tan bien que ella sabe mis gustos, yo sé lo que le gusta a ella. Poner la cámara, encuadrar, hoy resulta muy sencillo.” Fue en esta época cuando comenzó a establecer las preocupaciones que guiarían su trabajo, particularmente aquellas en las que se encuentren la sinceridad y un impulso enraizado en historias profundas y personales.

En el CUEC tuvo a maestros como Roberto Fiesco (Club Amazonas, 2016) quien menciona haberle dado su primera oportunidad como segundo asistente de dirección. “A mí este oficio me ha permitido vivir del cine”, menciona el cineasta que también ha colaborado con Astrid Rondero (Aguas Quietas, 2011), Luis Urquiza (Obediencia Perfecta, 2014), entre otros. Con agradecimiento y humildad, declara que ha aprendido mucho y que desde entonces ya sentía el ímpetu de dirigir su propio proyecto: “Me dejé llevar por esta cosa de asistir, asistir, asistir, y de repente me entró esta necesidad muy fuerte por dirigir. Entonces levanté el cortometraje Cuarto de Hotel (Selección Oficial, FICM 2016), de mi dinero, sin apoyo, y en realidad mi único objetivo era volver a dirigir. Ya tenía una necesidad muy fuerte por crear. Ahora lo que me está sucediendo es que tengo que irme despidiendo poco a poco de la asistencia y empezar a concentrarme en mis proyectos como director.” Este cortometraje significó no sólo el regreso de Zuno a la dirección, sino también el inicio de su firma autoral. En él se vislumbra una tenue pero enriquecida crítica social a la situación de las mujeres trans en México, relacionado con los temas morales, económicos, religiosos, morales y de derechos.

Cuarto de Hotel (Filmin Latino)
Fotograma de «Cuarto de Hotel» (Filmin Latino)
  • Rostros de mujer, cuartos de hotel.

“En el cine mexicano hay muchas protagonistas mujeres, pero son protagonistas llenas de estereotipos y tienen preocupaciones superficiales. Me surge esa necesidad de visibilidad de otros rostros de la mujer”.

Un gran tema que ha comenzado a influir en su obra es el mundo femenino. Su primera influencia fue la relación con su madre: “Cuando yo nací ella tenía 18 años, estaba estudiando la carrera en la UNAM y estaba envuelta por un ambiente o búsqueda de cosas distintas. Yo recuerdo que en casa no había televisión y ella buscaba mostrarme otras cosas.” Aunque su madre es economista, se interesaba por acercar a Alejandro al cine. Un vívido recuerdo son las proyecciones infantiles en la Muestra Internacional de Cine: “Me llevó a ver películas francesas. Mucho tiempo después yo identifiqué ‘¡Ah, claro! Eso era de Chabrol (Le Beau Serge, 1958) y ella ni lo sabía.” Cuando le comentó sus intereses, ella se encargó de fomentar su primer acercamiento al cine: la actuación. “Me empezó a llevar a clases de teatro para niños, luego para adolescentes. Pasé casi toda mi adolescencia en la Casa del Teatro y ahí fue donde descubrí que existía un director que trabajaba con los actores y que llevaba la batuta”. La literatura también ha sido una herramienta importante de inmersión hacia ese universo. “Ahora estoy clavado con una canadiense que se llama Alice Munro (Premio Nobel de Literatura, 2013). Son historias cortas y siempre sus protagonistas son mujeres, me interesa mucho el mundo femenino.”

Su trabajo es el reflejo de historias sobre sus preocupaciones por la sexualidad y la identidad de género, en conjunto con sus implicaciones sociales. Dentro de sus personajes están prostitutas trans, jóvenes gay tomándose de la mano en público y mujeres sensibles pero fuertes. No es fortuito que dentro de sus principales influencias estén Pedro Almodóvar (La Ley del Deseo, 1987), François Ozon (La Piscina, 2003) y Julio Medem (Habitación en Roma, 2010): “Estoy viendo que en el cine mexicano hay muchas protagonistas mujeres, pero son protagonistas llenas de estereotipos y tienen preocupaciones superficiales. Yo digo ‘bueno, no son mis amigas, no son las mujeres a mi alrededor’, entonces también me surge esa necesidad de visibilidad de otros rostros de la mujer”.

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)

Los elementos comunes que ha mostrado hasta ahora, son los cuartos de hotel, los personajes de la comunidad LGBT+ y los confidentes inesperados. Dos mundos diferentes que se entienden muy bien y encuentran en el otro comprensión, amor y cariño. Para él, la vida está marcada por casualidades. Es por ello que sus personajes están unidos por relaciones azarosas, y sólo por un corto tiempo. En Los Ojos de Emilio (2005) un chico que está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias por amor, lo encuentra en una relación casual pero inolvidable. En La Despedida de Eugenio (2009) el vacío y la tristeza se disuelven en abrazos y confesiones; Cuarto de Hotel (2016) la identidad clandestina QUE encuentra su luz en una completa desconocida; por último en Oasis, Ofelia descubre un paraje en medio del desierto en Jackeline.

Oasis es la culminación de un camino de aprendizaje. Ha sido el proyecto en el que ha percibido más colaboración con su equipo y donde elevó sus propios niveles de exigencia: “Ya no quiero trabajar si no es de esa manera, porque significa respeto a mi oficio, pero también al espectador. Lo que me quedó claro es que di el cien, no pude haber dado más, fue una entrega absoluta al trabajo. Aprendí mucho del trabajo con los actores, me preparé mucho para enfrentarme a ellos.” Sus dos actrices protagónicas son Norma Pablo (Fisuras, Roberto Fiesco, 2016) y Morganna Love (Made In Bangkok, Flavio Florencio, 2015): “¡Con ellas hice un trabajo!” dice entre risas “sólo son 16 minutos y estuvimos trabajando mes y medio; con Morganna dos meses de varias sesiones a la semana para la construcción de personaje.”

El cineasta mencionó estar muy agradecido con el equipo que colaboró en este cortometraje: “Yo hice Oasis invitando a mis amigos. El presupuesto era muy poquito y no tenía para pagarles lo que ellas cobran, y la verdad es que lo hicieron porque nos queremos, porque hay una visión en común, porque había una historia que nos entusiasmaba juntos. Eso también rescato de haber asistido, he conocido gente maravillosa.”

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)
  • VIH, machismo y galardones

“Una problemática social que a mí me parece muy dramática es el de las mujeres infectadas con VIH/SIDA. Realmente hay pocos estudios sobre eso, pero es la tercera epidemia de SIDA en el país”.

Es por todo esto lo anterior –la colaboración con su equipo, el trabajo exhaustivo con sus actrices, su absoluto compromiso- que Oasis ha sido su película más exitosa hasta el momento (ganadora recientemente del Premio Ariel a Mejor Cortometraje de ficción). Pero Zuno no se deja llevar por el brillo del reconocimiento: “Ganar un premio se siente muy bonito, pero los premios los puedes poner en tu librero y ahí se quedan, creo que lo importante es seguir filmando.”

Uno de los logros de esta película fue haber recibido el apoyo del IMCINE, lo cual Zuno reconoce como un avance institucional contra la fobia y discriminación a la comunidad LGBT+, tanto con los realizadores como con las historias: “Yo escucho historias de Roberto (Fiesco) sobre que en esos años era muy difícil encontrar apoyos gubernamentales porque no se apoyaban películas de homosexuales, y ahora Oasis está filmado con un apoyo del IMCINE. Yo tuve la oportunidad de ser jurado ahí y lo que discutíamos era la calidad de los proyectos, no los temas. Creo que ha habido un avance importante.”

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Fotograma de «Oasis» (Cortesía de Alejandro Zuno)

Oasis es un paso adelante en materia de visibilidad de la diversidad sexual y sus impactos sociales. “Una problemática social que a mí me parece muy dramática es el de las mujeres infectadas con VIH/SIDA. Realmente hay pocos estudios sobre eso, pero es la tercera epidemia de SIDA en el país: mujeres de bajos recursos, baja escolaridad, que son infectadas por sus maridos que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio. Este fenómeno me parece que encierra, que habla mucho de nosotros como sociedad. Por un lado, que no hemos sido capaces de aceptar nuestra diversidad, y por eso hay tantos hombres que se ven llevados a llevar una vida heterosexual: casarse con una mujer, tener hijos, pero no es que lo hagan por cabrones, lo hacen porque también son víctimas de una sociedad que no les permite vivir abiertamente su preferencia sexual y ellos creen que no hay otra alternativa. Claro, los deseos pueden más y se ven llevados a llevar una vida clandestina y no saben cómo cuidarse, protegerse, porque tampoco les están llegando las campañas de prevención o detención.”

El reto para Zuno fue escribir un guion con una crítica social implícita y objetiva, que no cayera ni en lo explicativo ni en los juicios. Un ejemplo es la escena en la que Ofelia entra al bar Oasis: “Yo no quiero juzgar a mis personajes. No quería decir ‘este hombre es un cabrón’, y de hecho se muestra el lugar como un espacio de celebración, no es un lugar sórdido, no vemos a los hombres tristes. Se ven felices, sonriendo, porque me parece que la labor del cineasta con sus personajes es abrazarlos y comprenderlos sin importar las circunstancias que estén viviendo y hacer una crítica más profunda pero no a ellos sino al contexto social que nosotros mismos hemos generado y permitido que siga.

Las víctimas de la violencia y la discriminación no sólo son de la comunidad LGBT+, son también las mujeres heterosexuales que confían ciegamente en sus esposos pero que en realidad desconocen sus preferencias sexuales, un tema importante de visibilizar: “Me sorprende cómo la comunidad gay hemos aprendido a cuidarnos y hemos dejado de ser un grupo vulnerable, y las mujeres que están casadas, que llevan una vida monógama se han convertido en un grupo vulnerable. Entonces espero que esté aportando visibilidad a eso, en general creo que todo el cine de diversidad además de tener un valor cinematográfico también tiene un valor social en ese aspecto de aportar a la visibilidad.”

Ariel (Multimedios)
Con «Oasis» Zuno ganó el premio Ariel a Mejor Cortometraje (Multimedios)
  • El cine, su compromiso con la comunidad LGBT+

“Mi ópera prima trata de la intersexualidad, es un tema que es muy difícil, mucha gente ni siquiera sabe a qué se refiere. Espero que efectivamente los premios abran puertas que voy a seguir tocando”.

La preocupación de Zuno por el ambiente político en materia LGBT+ se puede encontrar también en su cortometraje 25 Días de Lluvia y Sol (2005) para el cual documentó la 25ª marcha del orgullo en la capital mexicana. Hoy, a quince años del documental, ve en el país un proceso diverso, pero aún sin concluir: “En esos años uno no le daba tan fácil la mano a su novio en la calle, y ahora se ha vuelto una imagen común en ciertas zonas de la Ciudad de México: en la Condesa, en la Roma, en la Zona Rosa. Todavía hay otras zonas donde es más complicado, pero en general creo que en la Ciudad sí ha habido una apertura hacia la diversidad sexual, pero no sucede lo mismo en otros estados del norte o del sur. Justo esta epidemia de VIH/SIDA está en Chihuahua, en Nuevo León, en Estados donde todavía reina una sociedad más conservadora, el machismo, donde muchos hombres a pesar de ser homosexuales no conciben vivir abiertamente su preferencia sexual y se tienen que casar.”

Al respecto, Zuno ve como algo muy positivo el que se cuente con espacios donde se puedan exhibir películas sobre diversidad sexual en México, en pos de crear visibilidad de las comunidades que han sido marginadas y discriminadas: “Lo que está haciendo ahora el Programa de Diversidad Sexual + de Morelia, de presentar películas en el Museo de Memoria y Tolerancia se me hace genial, es una labor increíble que reivindica la difusión. Cuando existen estas cosas nos da esperanza a los directores.”

El cineasta también tuvo oportunidad de darnos un adelanto de su siguiente trabajo. Su ópera prima abordará otro color del prisma de la diversidad sexual, continuando por el camino de presentarnos de manera humana a las personas que no se retratan frecuentemente en el cine mexicano: “Mi película trata de la intersexualidad, es un tema que es muy difícil, mucha gente ni siquiera sabe a qué se refiere, estoy un poco preocupado de no conseguir los apoyos. Espero que efectivamente los premios abran puertas, yo voy a seguir tocándolas”.

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Alejandro Zuno en el Museo de Memoria y Tolerancia (Patricia Ríos)

Si algo muestra el cine de Alejandro Zuno, sea o no su intención, es que la humanidad es rica porque es diversa. Hay poco control en el azar, en la vida cotidiana; paradójicamente es la responsabilidad de la sociedad, la construcción del entorno, sea a partir del arte o de asociaciones civiles.

Con este espíritu, es primordial combatir el miedo a la libre expresión, a dejar ir y sentir amor. Moerlia continuará en su esfuerzo por ampliar los espacios, las temáticas, la libertad de expresión en el cine mexicano para que cineastas como Alejandro Zuno, puedan encontrar sus voces y brindar historias que no apelen a prejuicios, sino a sentimientos universales; para que las mujeres y la comunidad LGBT+ se puedan sentir fielmente representadas en pantalla fuera de estereotipos anacrónicos fundados por el odio, la incomprensión, la distancia, la cosificación. Mujeres como Jackeline, deben ser vistas a los ojos porque en cualquier desconocida puede descansar una amistad comprensiva, a pesar de las diferencia. Iluminar la clandestinidad y la vergüenza para que personas como Agustín puedan vivir su sexualidad libremente, de manera sana y con el regocijo del amor.

El Programa de Diversidad Sexual + de Morelia se siente honrado por la participación del galardonado cineasta mexicano Alejandro Zuno, en el Museo de Memoria y Tolerancia, y le desea lo mejor para su ópera prima y futuros proyectos, los cuales son parte de un camino hacia una cinematografía nacional orgullosa de su diversidad.

Fuentes: Vimeo Alejandro Zuno, IMDb.

Texto: Patricia Ríos con la colaboración de Antonio Harfuch y Frida Bárbara Monjarás

Cannes comienza por 71ª ocasión de la mano de una mujer y hablando español

La 71ª edición del Festival de Cannes comenzó con una conferencia de prensa donde  la actriz australiana Cate Blanchett, Presidente de Jurado, habló sobre el trabajo que se hará en esta edición respecto al caos generado en la industria por el acoso sexual de actores y productores hombres hacia mujeres, que ha derivado en movimientos como Time’s Up.

Blanchett es una de las actrices más célebres del mundo, alabada por la crítica por cintas como Carol (Todd Haynes, 2015) y Elizabeth, the Golden Age (Shekhar Kapur, 2007). Ha comprobado la solidez de su carrera artística con los riesgos que toma en cada papel que interpreta y que le ha valido reconocimiento mundial, demostrado en dos Óscares por Blue Jasmine (Woody Allen, 2013) y El Aviador (Martin Scorsese, 2004), así como su nombramiento como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia, 2012.

Cate Blanchett preside el jurado de la 71ª edición del Festival de Cannes en medio de la polémica por la falta de mujeres directoras en la Selección Oficial. 

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Las mujeres del jurado de Cannes (Cannes)

Como Presidente del Jurado, tendrá la misión de ver los 21 títulos que competirán por la preciada Palma de Oro. El jurado se compone por: la directora Ava DuVernay, el director Dennis Villeneuve, el director Andrey Zvyaginstev, el cineasta Robert Guediguian, la actriz Kristen Stewart, la música Khadja Nin, el actor Chang Chen y la actriz francesa Léa Seydoux.

Blanchett a pregunta expresa sobre la falta de mujeres directoras en la Selección Oficial, comentó que si bien le gustaría ver más películas dirigidas por mujeres, esa situación no podría cambiar de la noche a la mañana, “las películas dirigidas por mujeres no fueron seleccionadas por un tema de “género», sino por la calidad de su trabajo. Estaremos evaluándolas como directoras de cine, como debe ser”, expresó.

El cine es un lenguaje universal que debe ser llevado por la emoción

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El jurado de Cannes durante la inauguración (Cannes)

Ante la pregunta sobre el futuro de los movimientos Time’s Up y #MeToo, Blanchett le dio la palabra a sus colegas hombres, Dennis Villeneuve (La llegada, 2016) dijo que “será un movimiento que debe tomar su tiempo para que sus efectos puedan verse”. Blanchett agregó: “más que pontificar sobre lo qué es la igualdad de género, se necesitan acciones específicas que lleven a la igualdad y a la diversidad”.

Aparte del movimiento #MeToo, el cine vive un momento de transformación por el éxito de plataformas digitales como Netflix, al respecto la directora y productora, Ava DuVernay (Selma, 2014) comentó: “Una película es una historia contada por un director. La forma en la que es exhibida a la audiencia no debe responder a sí debe considerarse cine”.

Villeneuve agregó: “el cine es muy importante como medio para contar historias. La humanidad repite los mismos errores. Los escritores están para recordarnos esos errores, por eso el cine hoy es más importante que nunca”. Por su parte, Léa Seydoux, actriz galardonada en Cannes por La Vida de Adèle (2013), comentó que le gustaría ver una película que logre crear un nuevo lenguaje. “El cine es un lenguaje universal que debe ser llevado por la emoción”.

“Más que pontificar sobre lo qué es la igualdad de género, se necesitan acciones específicas que lleven a la igualdad y a la diversidad

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Kristen Stewart y Cate Blanchett (Cannes)

Cate Blanchett llevará en sus hombros la responsabilidad de poner de acuerdo a un jurado diverso que decidirá el máximo galardón del cine, la Palma de Oro, un premio apolítico que debe celebrar el arte de hacer y ver cine: “Soy muy abierta como actriz, con opiniones fuertes pero también abierta a cambiarlas. No soy fan del monólogo sino de un discurso profundo y enriquecedor. Voy a ser muy colaborativa como presidente del jurado. La Palma de Oro debe abrazar cada proceso de la película, la edición, la dirección, la música, las actuaciones; todos los elementos deben converger en una unidad”.

Además de hacer historia con la segunda mujer que presidirá el jurado, esta edición también ha hecho ruido en el mundo hispano hablante puesto que el festival comenzó con una película en español bajo la presentación de Martin Scorsese y Cate Blanchett, convirtiéndose en la segunda de esta naturaleza en inaugurar el Festival de Cannes, después de que en 2004 lo hiciera por primera vez Pedro Almodóvar con La Mala Educación.

Por la primera alfombra roja de La Croisette de Cannes, caminó Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín, reparto principal de la película en competencia Todos lo Saben, el más reciente trabajo del iraní Asghar Farhadi (Una separación, 2011). La producción española combina la intriga y el drama de una familia que vuelve a España de la Argentina para una boda. Farhadi se concentra en las relaciones íntimas del reencuentro entre los habitantes de un pequeño pueblo, donde las conexiones entre el pasado y presente son tan visibles como fatídicas.

Todos lo saben se convirtió en la segunda película en español en inaugurar el Festival de Cannes, después de La Mala Educación

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Asghar Farhadi y el elenco de «Todos lo Saben» (AFP)

Paco (Bardem), es un viñador que tuvo una relación en el pasado con Laura (Cruz). «Todos lo saben en este pueblo» le dice Laura a su hija Irene (Carla Campra) que tras la ceremonia desaparece misteriosamente. Un mensaje con recortes de periódico anunciando el secuestro, es puesto sobre su cama. Este conflicto más que ahondar en el misterio de la desaparición, se concentra en «comprobar las fisuras del pasado entre los personajes que se ven afectados por la desaparición» (Variety). La pérdida y el pasado son los temas centrales de este relato, condicionantes uno del otro, en un rompecabezas íntimo de desencuentros culposos que enmarcan un misterio que seguirá dejando heridas. 

 

Fuentes: Cannes, Variety, Indiewire

/ AH

Chavela Vargas: «Qué bonito haber nacido mujer»

El ser humano ama,

nada más no le preguntes a quién ni por qué

Chavela Vargas

Miguel Bosé dice que Chavela Vargas daba tantas emociones en el escenario que era como entregarse al vacío. Pedro Almodóvar dice que era su interlocutora por ser un espejo fiel de sí mismo; su voz era como parte del guion, ella una sacerdotisa de la comunicación profunda del tú-a-tú. Joaquín Sabina dice que cuando ella canta, las amarguras no son amargas.

Chavela Vargas daba tantas emociones en el escenario que era como entregarse al vacío: Miguel Bosé

Chavela Vargas no es coquetería ni reboso. No es una voz cristalina ni dulce. Su canto es un desgarre del corazón, penetrante, auténtico, lleno de brío: “Ese dolor se lo doy a todas ustedes” le escuchamos decir a la legendaria cantante en el último documental sobre su vida.

Chavela (2017) es una película dirigida por Catherine Gund y Daresha Kyi. Ambas directoras y productoras han estado involucradas durante toda su carrera en temas como derechos de las mujeres, violencia de género, homosexualidad y salud reproductiva. Gund por su parte, es la fundadora y directora de Aubin Films, casa productora de este trabajo. El documental fue nominado al premio Teddy, obtuvo el segundo lugar en el Premio del Público de Panorama y ganó como Mejor Documental en el Festival de Cine LGBT de San Francisco.

En esta sociedad misógina donde no se expresaba la homosexualidad, Chavela era seductora. En esta sociedad patriarcal, Chavela se vestía de hombre.

Así, a través de sus lugares, personas y canciones, las documentalistas nos presentan diferentes Chavelas: Una Chavela lesbiana que canta “Mientras haya música en el alma te amaré, vida mía”. Una Chavela niña en Costa Rica con el fondo “Cantaba para la gente de la tierra y de la mar, y nadie vio que una pena se enredaba en su cantar ¡Qué cante la niña Isabel!”. Una Chavela en Bellas Artes en su regreso a México “Este amor apasionado anda todo alborotado por volver, voy camino a la locura, y aunque todo me tortura, sé querer”.

De niña, Chavela era la hija rebelde en un entorno religioso, donde los prejuicios sociales presionaban a sus padres a esconderla de las visitas. Eso la hizo aprender desde chica a crear y seguir sus propias reglas. Llega a México en los ’20 durante el Cine de Oro, donde la mujer era representada con crinolinas, trenzas y aretes. En esta sociedad misógina donde no se expresaba la homosexualidad, Chavela era seductora. En esta sociedad patriarcal, Chavela se vestía de hombre. Fue entonces que empezó a cantar con José Alfredo Jiménez. La cantante afirma que fue México el que le enseñó a cantar y a ser mujer: “La Chavela apareció en 1942”, afirma.

La cantante confiesa que se sentía como travestida con tacones, maquillaje, vestido, pelo largo: “Me puse pantalones y el público se quedó callado”.

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Una joven Chavela Vargas (Revista DC)

La cantante confiesa que se sentía como travestida con tacones, maquillaje, vestido, pelo largo: “Me puse pantalones y el público se quedó callado”. Los pantalones eran para la época de los ’50 un sustantivo masculino, pero ahí estaba ella, con pantalones y la voz dolida. Y aunque no hizo pública su homosexualidad hasta 1981 (The New York Times: “Review: ‘Chavela’ Recalls the Life of the Ranchera Singer Chavela Vargas”), durante el glamour de Acapulco ella siempre era vista en las fiestas rodeada de mujeres guapas “Quien no ha amado, no ha vivido”.

Ya en los ’70 era una mujer vestida de ranchero que bebía para salir al escenario. El tequila era rutinario y no tenía dinero debido a problemas con las disqueras. Fue entonces que la contactaron con una abogada en Morelos quien sería el gran amor que la disuadiría a dejar de beber. Chavela pasaría de tomar alcohol con albañiles en las banquetas de Tepoztlan a cantar sobria en el bar El Hábito, definiendo su regreso a los escenarios.

Chavela Vargas no es coquetería ni reboso. No es una voz cristalina ni dulce. Su canto es un desgarre del corazón, penetrante, auténtico, lleno de brío

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Chavela Vargas en Morelos (The New York Times)

Para los ’90 llega a Europa donde, del brazo de Almodóvar, recorre teatros en España y Francia, creando furor debido a su canto en carne viva, ligeramente perturbador, pero con toques de alegría, la alegría de poder interpretar sus sentimientos frente a un público, lo cual sería para ella lo más preciado, puesto que en el escenario se sentía querida.

Adelantada a su época, esta macorina que no era de aquí ni de allá, no tuvo una vida pulcra, sino una en constante lucha por libertad, independencia y dignidad, no exenta de dolor, soledad, tristeza y alcoholismo. Se apropió de su sexualidad y cambió para siempre lo que se pensaba que debía ser una cantante mujer, incluso la manera en la que las propias mujeres querían cantar: “Mis canciones son dedicadas a todas las mujeres del mundo”.

Después de bares, cabarets y teatros, después de Frida Kahlo y José Alfredo, después de haber sido amante de la música y amante con pistola, La Llorona muere el 5 de agosto de 2012 en Cuernavaca. En el documental, Chavela concluye: “Qué bonito haber nacido mujer”.

El Programa de Género y Diversidad Sexual de Morelia se siente honrado en recordarla en su 99º aniversario

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Chavela Vargas en concierto (El Excélsior)

El público ama a Chavela Vargas más allá de su muerte, de su idioma, orientación sexual o identidad de género porque escuchar su canto es contactar con lo bello y doloroso del mundo. Pilar de la cultura mexicana (y latino e hispanoamericana en general), leyenda de la música, el Programa de Género y Diversidad Sexual de Morelia se siente honrado en recordarla en su 99º aniversario.

Fuentes: dareshakyi.com; IMDb; The New York Times; “Chavela” (Gund & Kyi, 2017).

/ PR

Las mujeres del 71º Festival de Cannes

El Festival Internacional de Cine de Cannes es uno de los eventos más importantes del mundo cinematográfico en el mundo, no obstante no ha estado ausente de polémica respecto a la representación y representatividad de las mujeres.

El año pasado la actriz estadounidense Jessica Chastain, miembro activa del movimiento Time’s Up, criticó la representación de los personajes femeninos en las películas que había visto durante festival. Del mismo modo, sólo ha habido una mujer ganadora de la Palma de Oro, la neozelandesa Jane Campion por El Piano (1993) -quien también fue presidente del jurado en 2014- mientras que sólo dos han sido galardonadas como Mejor Director: Sofia Coppola por El Seductor en 2017 y Yuliya Solntseva por Povest Plamennykh Let en 1961.

Este año, sin embargo, vemos que el papel de las mujeres está asegurado en posiciones relevantes del festival: dos presidentes de jurado, una diseñadora para el póster y tres directoras en competencia.

La sucesora de Pedro Almodóvar como presidente del jurado del Festival de Cannes será la legendaria Cate Blanchett. La multifacética actriz ha interpretado a personajes desde la reina Isabel I hasta Bob Dylan, ha ganado dos premios Óscar y fue distinguida por el Ministerio de Cultura de Francia con la Orden de las Artes y las Letras, por mencionar sólo algunos de sus grandes logros. Este año será la cabeza del jurado que decidirá qué película se llevará la Palma de Oro.

Asimismo, la presidenta del jurado para la Cámara de Oro será la directora y guionista Ursula Meier, cuyo trabajo incluye tanto ficción como documental. Los inicios de Meier tuvieron lugar en el campo de los cortometrajes con los cuales ganó varios premios en Clermont-Ferrand. Ahora, representando una nueva generación de cineastas, está encargada de decidir cuál será la mejor ópera prima.

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Pierrot le fou. Foto: Georges Pierre, IMDb

Anudando a las dos mujeres presidentes, el póster de este año fue hecho por la joven diseñadora gráfica e ilustradora Flore Maquin, quien se basó en un still del fotógrafo Georges Pierre de la filmación de Pierrot le fou (1965) del cineasta francés Jean-Luc Godard, impulsor de la Nueva Ola y actual competidor por la Palma de Oro con Le Livre d’Image. En la imagen vemos a los protagonistas del filme, Jean Paul Belmondo y Anna Karina, besándose, cada uno desde su auto.

Además, en esta 71ª edición, de las 18 películas consideradas para ganar la Palma de Oro 3 fueron dirigidas por mujeres (con temas sorprendentemente políticos, característicos del Siglo XXI), y de la misma manera lo son 7 de las 15 seleccionadas para Un Certain Regard*.

Las mujeres directoras en competencia son:

Eva Husson con Les Filles du soleil, una ficción sobre la resistencia kurda. Bahar es la cabeza de Las Hijas del Sol, un grupo de mujeres que luchan por apoderarse de Gordyene, ciudad tomada por extremistas. Esta historia se desenvolverá gracias a Mathilde, una periodista francesa que cubrirá los primeros tres días de la ofensiva.

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Nadine Labaki: LÓrient, Le Jour

Nadine Labaki con Capharnaüm. La directora libanesa le brinda su voz a un niño quien, a través de una denuncia legal, reclama la necesidad de una vida digna para los infantes en Capharnaüm, un pueblo pesquero de Galilea. Una película en contra de la pérdida de humanidad particularmente alrededor de la crisis de migrantes en Medio Oriente.

Alice Rohrwacher con Lazzaro Felice, película que sigue a Lazzaro, un hombre marginalizado que va desde el campo a la ciudad, desde el presente hasta hace 50 años, del mundo aristócrata al mundo pastoral.

Para saber más sobre la representación de género y diversidad sexual en el Festival de Cannes, sigue nuestra cobertura.

 

*Mujeres directoras en Un Certain Regard:
Les Chatouilles (Little Tickles) de Andréa Bescond & Eric Métayer
Sofia de Meyem Benm’Barek
Mon tissu préféré de Gaya Jiji
Manto de Nandita Das
Gueule d’ange (Angel Face) de Vanessa Filho
Euphoria de Valeria Golino
Rafiki de Wanuri Kahiu

Fuentes: Festival de Cannes; Manek Films; L’Orient, Le Jour; LetterBoxd; Film Affinity; Variety; Sensa Cine; El País; IMDb.

/ PR

Espacio Cultural Casa Cantera: una alternativa artística en Morelia

Por: Patricia Ríos

El Espacio Cultural Casa Cantera es una nueva casa cultural fundada por Mayté, Angélica, Griselda y Citlali, cuatro mujeres en Morelia que buscan de manera interdisciplinaria apoyar a los artistas mexicanos. El espacio cuenta con un restorán, un escenario y varios salones donde se impartirán clases, harán espectáculos de entretenimiento y se exhibirán trabajos artísticos.

Angélica nos explica que este proyecto “nace a partir de necesidades”. La necesidad de dar un espacio para demostrar de qué son capaces los artistas mexicanos, en particular los michoacanos; de apoyar la percepción de Morelia como una ciudad cultural; de proponer nuevas miradas. En suma, la necesidad de rescatar lo que se pierde o nadie ve”.

Queremos descubrir nuevos talentos, porque sí hay”.

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Mayté, Angélica, Griselda y Citlali, las fundadoras de Casa Cantera. Foto: Patricia Ríos

Las integrantes de Casa Cantera se han dedicado a la vida universitaria alrededor de la historia del arte y ciencias de la comunicación, por lo que reconocen los grandes problemas para el arte en México, desde falta de apoyos económicos hasta escasez de difusión o la monotonía de exposiciones. En contrapeso, este proyecto propone un espacio digno tanto para la ciudad como para los artistas: “Queremos descubrir nuevos talentos, porque sí hay”.

Es así que se instalaron en Aquiles Serdán #212 ubicado en el centro de Morelia, en un edificio que mantiene su estilo original. Su atractiva cantera, uno de los símbolos culturales más visibles de Morelia, le da nombre a su proyecto y crea un ambiente de arte vivo y presente donde se podrá disfrutar de un set de stand up, una copa de clericot o una clase de yoga.

«Se pueden consumir platillos michoacanos como pescado blanco de Pátzcuaro o tostadas de carne apache de Santa Clara del Cobre»

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Comensales en el open house de Casa Cantera. Foto: Patricia Ríos

Antes de fungir como casa de cultura, el edificio era un restorán de comida económica en manos de Griselda. Ahora que está incursionando en el mundo de las artes, la co-fundadora ha querido mantener relaciones con la comida. En la sección de alimentos se pueden consumir platillos michoacanos como pescado blanco de Pátzcuaro o tostadas de carne apache de Santa Clara del Cobre, el lugar originario de Griselda: “No puedo olvidar de dónde vengo, estoy luchando por sobresaltar mis raíces (purépechas)”.

Ya sea a partir de la fotografía, pintura o, por supuesto, el cine, las mujeres de Casa Cantera piensan que las artes son un agente de cambio, un arma de poder: “El cine te permite ver en una pantalla historias como la tuya y sentirte identificada, apoyada. En México y Michoacán se necesita cambiar las cosas, y qué mejor manera que a través de las artes”, menciona Angélica.

La inauguración del Espacio Cultural Casa Cantera será el próximo 7 de abril con la exposición del artista michoacano Edgardo Leija titulada “Arte Objeto”.