GÉNERO Y ARIDEZ SENTIMENTAL: ENTREVISTA A JESÚS TORRES TORRES

POR: PATRICIA RÍOS

Son los setenta durante la presidencia de José López Portillo, aquel que defendería el peso como un perro y sin embargo presenció una crisis económica sin precedentes gracias a la caída de los precios mundiales del petróleo. Mientras Europa tenía políticas para incentivar el uso de bicicletas y las caminatas, México se sumía en una ficción endeble que procuraba sobrevivir en un escenario de esplendor, mientras tras bambalinas los mexicanos de las zonas rurales migraban a la ciudad por falta de oportunidades educativas y laborales, y los mexicanos de la ciudad se volvían cada vez más pobres.

Es en este contexto socio-económico que se desarrolla Nadie Sabrá Nunca, ópera prima del cineasta hidalguense Jesús Torres Torres, quien con tintes melancólicos y profundamente apasionados hacia el audiovisual, cuenta una historia de entrañable mexicaneidad que toca tanto los problemas de una familia para seguir adelante en un pueblo donde reina la pobreza y los estereotipos de género, como el refugio que un niño (su protagonista) encuentra en las historias ficticias que escucha, ve y crea.

Torres Torres goza de una vasta carrera como fotógrafo y diseñador de arte previa a su debut como director y guionista. Su formación como comunicólogo y fotógrafo le valió colaborar como fotógrafo de stills en Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor (2003) del director Julián Hernández, con quien ha trabajado como diseñador de arte en otros proyectos, trayectoria que también se puede apreciar en películas de Roberto Fiesco, Astrid Rondero, y Alejandro Zuno.

Jesús Torres Torres en la presentación de Nadie Sabrá Nunca en Chetumal, organizada por Árbol Rojo (Morelia Programa)

Desde muy pequeño el director veía películas en la televisión. Sintiendo atracción por estar detrás de las cámaras, se dedicó a estudiar y ver mucho cine hasta que hace ocho años mandó a un concurso organizado por Vicente Leñero lo que serían esbozos de este proyecto, recibiendo a cambio un primer impulso en un taller donde comenzó a darle forma a su guión.

Para su primer largometraje, el director tomó como inspiración a su propia familia y pueblo natal “Se refiere a mis recuerdos de infancia, a los personajes con los que yo conviví y que rodearon esta etapa formativa de mis primeros ocho años y que seguía observando una vez que fui adulto y que se guían por los mismo comportamientos y características. Se me hacían muy interesantes poderlas retratar en esa época pero haciendo énfasis en que esos personajes siguen existiendo.”

En un pueblo, cuyo nombre Jesús Torres Torres no precisa en recordar -porque el escenario resuena en muchos pueblos del país- vive Braulio (Luciano Martínez) con su madre, Lucía (Adriana Paz), su hermana, Sara (Claudia Santiago), y su padre, Rigoberto (Jorge A. Jimenez). Son una familia tradicional. Las mujeres lavan ropa y cuidan a los hijos mientras los hombres enseñan a disparar y arrean el ganado.

Nadie Sabrá Nunca (FICG)

Braulio, contrario a lo que desearía su padre, goza de escuchar radionovelas (gusto que comparte con su madre) y de ver películas de vaqueros en la tele de la tiendita. Es un estudiante de excelencia, sin embargo en aquel pueblo estancado en el tiempo no tendrá muchas oportunidades de progresar, o al menos eso piensa Lucía “La madre no es una persona muy culta o preparada, pero de manera intuitiva está dándose cuenta de cosas que no le gustan, y creo que el niño también lo intuye porque el padre se porta igual con él que con la madre. Es muy frío, distante, y ellos lo que necesitan creo que es ese afecto de parte de él y no lo obtienen.”

Braulio, siendo un niño soñador y observador (también un poco solitario), comprende la soledad de su madre, por lo que la abraza o la invita a bailar cuando siente que lo necesita. Aunque ella misma no sea una mujer particularmente cariñosa, su afecto se basará no en el amor expreso a través de los idílicos besos en la frente antes de dormir, sino a través del sacrificio por hacer que su hijo salga adelante.

A lo largo de la película somos testigos de la dinámica de complicidad con la que madre e hijo procuran escapar el entorno de “aridez sentimental” (según manifiesta el director) provocado no sólo por la pobreza del sexenio de López Portillo, sino también por el distanciamiento emotivo que sienten particularmente hacia la ausencia de Rigoberto. Así, Braulio imagina una realidad alterna en la que su madre se encuentra enamorada de un vaquero apasionado y galante, ficción construida como una carta de amor del director al cine western que tanto admira como el de John Ford y Clint Eastwood, así como el arte vernáculo mexicano que va desde Juan Rulfo hasta Juan Antonio de la Riva, pasando por la herencia musical de Lucha Villa.

Nadie Sabrá Nunca (Conarte)

El entorno que imagina Braulio es espejo de su realidad. En ambos reina la aridez, las armas y los caballos. La figura del héroe, sin embargo, no la puede encontrar en el mundo material, ahí, en cambio, hay rechazo, lo cual “es uno de los grandes motivos que lo orillan a confabular con la madre”, menciona el director. Ambos encuentran refugio en las historias porque el recurrir a sus propias mentes de alguna manera les permite controlar el exterior  “Creo que los personajes, los seres que somos introspectivos, quienes estamos siempre analizando y observándolo todo, creamos un mundo interior muy rico”.

En este mundo interior, sin embargo, persisten los roles de género: es el hombre el que mata a forajidos y la mujer quien anhela su regreso. Jesús Torres Torres admite que desde niño esta diferenciación entre sexos le parecía contradictoria, por lo que en su película trabajó en distintos aspectos de lo que hacen los hombres y las mujeres, como por ejemplo, los abuelos paternos de Braulio quienes invierten papeles “Ahí parece que la que asume el rol masculino es la abuela y no el abuelo que siempre está acostado escuchando la radio, borracho, sin trabajar, y ella tiene que resolver de alguna forma las actividades masculinas, además las asume con gusto, no como ‘lo tengo que hacer’ porque a ella las cosas femeninas de alguna forma no le gustan, no le interesan.”

Otro personaje que desafía los estereotipos de género es Lucía, quien en su búsqueda por ofrecerle a su familia un mejor futuro pone en duda todo lo que su madre le enseñó, cayendo en una profunda contradicción. Por un lado ella es Lucía Rodríguez ‘de Mejía’; por otro, trata de rastrear de dónde vienen esas enseñanzas de sumisión “Los personajes femeninos se adaptan mucho mejor que los hombres al entorno de alguna forma, y ahí viene otra vez la contradicción de esta mujer que no quiere adaptarse a ese mundo, y a lo que su madre hizo, sino que quiere salir a hacer otro tipos de cosas.”

Nadie Sabrá Nunca (VIFF)

El director defiende que este tipo de adaptación no sigue las pautas de la resignación, sino del instinto por comprender lo que se debe o no reproducir con fin de sobrevivir, lo cual se pone en jaque cuando vemos la convivencia de Lucía con su hija, porque -a pesar de tener en claro que no le gusta la manera en la que fue educada para obedecer- le enseña a la pequeña el deber femenino de recoger los platos de los hombres después de comer “De todas maneras hay cosas que en su inconsciente siguen funcionando de alguna forma, y para mí también era importante dejar estos vestigios con los que tienes que estar luchando siempre.”

El director menciona que estos “guiños al pasado”, es decir, dichos vestigios que hacen eco a una educación caduca sufriendo una ruptura, despiertan el interés de Lucía por que su hija sea diferente a ella. Es en este pasado cuando aprendió que el hombre va en la cabecera de la mesa, que a pesar de que no cocine nunca debe lavar un solo plato, y que el cabello de la mujer debe ser largo y contenido en una trenza, lo cual para Torres Torres es “una metáfora de atadura que no deja pasar a otro nivel.”

Los roles de género, sin embargo, no afectan únicamente a las mujeres. La relación entre Braulio y su padre es minada por las expectativas de actividades masculinas que distan mucho de su afición a las radionovelas, o el héroe irreal que el niño imagina, no obstante, Torres Torres defiende que empatiza con el personaje de Rigoberto “Está acostumbrado a ver a esta familia como él fue educado o no educado, es decir, la figura del padre distante. Seguramente con él su padre fue mucho peor, incluso yo creo que lo golpeaba, había una cosa de violencia mucho más explícita, y él trata de modificar con el hijo estos comportamientos que a él no le gustaron, pero no le alcanza”.

Jesús Torres Torres en la presentación de Nadie Sabrá Nunca en la Cineteca Nacional (Morelia Programa)

Lo que Jesús Torres Torres nos brinda en esta película es lo que vive ‘una familia de tantas’ en México, no sólo en los setenta. Con cada sexenio sentimos una ambivalencia entre la perdición y la esperanza. Incluso en el Siglo XXI hay mujeres mexicanas renegadas a la cocina, y hombres mexicanos que no pueden trascender la imposición del rol de un ‘macho’ a quien no se les permitido sentir. El campo continúa siendo descuidado, despreciado, mal pagado. De todas maneras, la vida en la ciudad continúa siendo la prisión de ‘los olvidados’ y el reino de los corruptos. Sin embargo, puede ser que la verdad más duradera de Nadie Sabrá Nunca sea precisamente la inspiración del director para dedicarse al séptimo arte: el contar historias que alimentan una imaginación que pone en orden el caos de nuestras realidades.

Es así que, como amante ferviente del cine, Jesús Torres Torres invita a las personas a perderse por un momento en las historias audiovisuales para abrir su vulnerabilidad y prepararse para el regreso a la vida material “Por hora y media estás en otro mundo, estás viviendo otra vida, y si esa historia te toca, sales con un arma que te va a ayudar a sobrevivir lo que tengas que enfrentar en el futuro.”

DECOLONIZAR, RELEER, COMENZAR: EL PODER DE LA ARTISTA

ENTREVISTA CON MARTHE DJILO Y FRIEDA EKOTTO

POR PATRICIA RÍOS

4 de diciembre de 2018 

“El colonialismo fuerza al colonizado a preguntarse constantemente: ¿Quién soy en realidad?” The wretched of the Earth (Frantz Fanon, 1961)

Vibrancy of silence: A Discussion with my Sisters (2017) es un documental camerunés que nos transporta a historias sobre la identidad y la memoria histórica, a través de la conversación y producción artística de cuatro mujeres africanas en el exilio. La película es un acercamiento testimonios que no sólo reflejan una identidad colectiva, sino también testimonios individuales: “Es lo que queríamos mostrar. La línea del proyecto es recabar imágenes y producción cultural porque como minorías siempre es difícil continuar la producción”, justifican sus creadoras Marthe Djilo Kamga y Freida Ekotto a propósito de su paso por Morelia en la pasada edición del Programa de Diversidad.

En el compromiso por crear y compartir su conocimiento a las nuevas generaciones, el derecho a la diferencia sale a la luz, tanto en el aspecto cultural como en el sexual, desde un acercamiento crítico hacia el pasado colonial. Este trabajo de recuperación histórica pone en cuestión elementos como el lenguaje y las raíces, partiendo de la premisa de que el cuerpo, así como el territorio, ha sido colonizado, y junto con él nuestra sexualidad. “Las siguientes generaciones saben que tenemos historia, así que deben revisarla y ver qué rescatan de ella, descubrir quiénes somos, porque muchos de nosotros hemos nacido en países occidentales. No se sabe mucho de nuestra historia”, menciona Djilo. Por su parte Frieda Ekotto ve al documental como una oportunidad para hablar de ellas mismas: “ La dependencia es creer que necesitamos estar vinculados con el Occidente, pero aquí hay posibilidades. No necesitas ir a París o Londres o Nueva York, es crucial hacerlo desde el Sur Global”.

I. ÁFRICA Y LA SEXUALIDAD

África es un continente con un alto porcentaje de Estados con leyes que criminalizan o penalizan las actividades sexuales no heteronormativas a través de años en la cárcel y en algunos casos hasta la pena de muerte, entre ellos se encuentran Mauritiana, Uganda,Zambia, Tanzania, Libia, Argelia y Marruecos. “En cada familia existe un homosexual, ésa no es la dificultad sino hacerlo público, por lo que debes estar dentro del clóset. Los problemas comienzan cuando quieres reivindicar derechos” menciona Djilo Kamga, quien llama a este fenómeno un ‘neo-colonialismo sexual’.

 Las autoras defienden que la liberación sexual en África no puede seguir los mismos pasos que la emancipación occidental.Están conscientes que la lucha que ellas llevan es diferente a la del SigloXXI, momento en el que las nuevas generaciones están cotidianamente en contacto con el Occidente a través de la televisión o redes sociales: “Nosotras sólo podemos darles herramientas a las jóvenes, no responsabilidades”, menciona Ekotto que sostiene que la dominación sobre la sexualidad en el continente fue un elemento colonial, particularmente de franceses y británicos, la cual se manifiesta tanto en creencias religiosas como en el lenguaje, sin embargo,menciona, en la estructura lingüística en la que ella opera no existen términos como homosexualidad, lesbiana, pero sí palabras que describen la intimidad: “Yo no uso la palabra ‘lesbiana’, yo hablo de ‘mujeres que aman a otras mujeres’”. Por su parte, Djilo Kamga desafía estos términos al escribir en francés“Siempre uso el término ‘las homosexualidades’, nunca ‘la homosexualidad’”.

En I am sheriff (2017)de Teboho Ekins, cortometraje que formó parte de la curaduría que hizo el Festival Zinegoak en Morelia, un chico trans, Sheriff Mothopeng, recorre comunidades africanas para proyectar videos sobre la comunidad LGBT+ procurando crear conciencia al respecto. “Mi madre vivía en una aldea en el Congo. Ahí te dan la bienvenida, puedes sentarte y hablarles sobre estos temas. Ellos comprenden, no es que sean inhumanos u homofóbicos, sólo necesitas explicarles qué sucede”, explica Ekotto. “Mi madre vivió con una mujer el resto de su vida desde que mi padre murió, la llamábamos ‘tía’ porque era como nuestra mamá.Nadie les cuestionaba nada, dormían en la misma cama, vivían sus vidas”.

II. VIBRA EL SILENCIO DEL COLONIALISMO

En 1950 el poeta martiniqués Aimé Césaire en su “Discurso sobre el colonialismo” denunció el saqueo del pasado a sujetos colonizados. Recalca que la historia, inquieta, les permite a los seres humanos reinventarse socialmente, opción solamente posible si se es libre de determinar y asumir una cultura propia. Para 1961 su compatriota, el psiquiatra Frantz Fanon publicó por primera vez su célebre obra “The wretched of the Earth”, donde sustenta al colonialismo como “la sistemática negación del Otro, la determinación frenética de negarle cualquier atributo de humanidad, el colonialismo fuerza al colonizado a preguntarse constantemente: ¿Quién soy en realidad?” [1]. Condenado a la alienación del sí mismo, de su cultura y autodeterminación ontológica, el colonizado se vuelve así un sujeto dependiente de Occidente.

“Hay mucha gente completamente empobrecida gracias al (colonialismo), son prisioneros del sistema, no hay liberación”, comenta Ekotto sobre los estragos piscológicos post-coloniales. El sujeto colonizado vive un proceso de deconstrucción y reconstrucción de una identidad acallada y sometida sin que haya vuelta atrás. Al ser irreversible, la solución para el colonialismo es trascender sus cadenas y crear un presente mejor.

“Seguimos sometidas a poderes coloniales, no se nos permite expresarnos, pero pienso que las siguientes generaciones pueden tomar la oportunidad de decir lo que tiene que decir, pero ¿cómo podrán hacerlo si no conocen su historia?”, apunta Djilo. “En África la gente está confundida porque no les han dicho que no deben estarlo. No es que seamos un pueblo sin historia, sino que el colonialismo la ha borrado, por eso debemos volver a ella. Yo quiero leer toda la bibliografía colonial y deconstruirla para ver qué es lo que nos falta para mejorar”.

III. EL PODER DE LA ARTISTA EN EL SUR GLOBAL

La vida es una red intersubjetiva en la que nos construimos y reconstruimos a las personas que han pasado por ella. “No tienes solamente una identidad, tenemos múltiples. A donde quiera que vayas estás en contacto con gente, mis raíces se construyen de estas conexiones. Desde mis comunidades quiero construir algo para el Sur Global, tenemos que crear un mundo con los Sures”, menciona Frieda.

En México, según las observaciones de Ekotto, a pesar de que legalmente la homosexualidad no está penalizada, el pasado colonial que comparte con Camerún provoca otra clase de rupturas: “hay lazos familiares que se destruyen gracias a la creencia judeo-cristiana de que no debes dormir con el mismo sexo”.

Por otra parte, haciendo referencia al “tercer cine”, el movimiento cinematográfico que se dio en Brasil durante la década de los 70’s, Freida explica que en el Sur Global del que es parteMéxico, hay lugar para crear nuevos imaginarios: “Debemos crear herramientas para entendernos entre nosotros. El estar en México para nosotras es muy importante, con este tipo de intercambios podemos crear espacio en las grietas, dialogar. Si no hacemos esto nosotras nadie lo hará, México es parte de eso, aquí es donde debe empezar”.

Para ambas mujeres, el poder la artista está en decolonizar, releer la historia y comenzar a hablar de temas que no se discuten, comenzando por la sexualidad en general, tarea que sólo se puede llevar a cabo poco a poco, desde la cultura y las artes, sin esperar por cambios políticos. Es cambiar la relación que tenemos con la sexualidad. La heterosexualidad incluso llega a ser un tabú cuando las relaciones amorosas están rodeadas de protocolos sociales fundamentados en el machismo y el pudor excesivo, no sólo en África sino también en Occidente, incluyendo México.

[1] Fanon, Frantz, The wretched of the Earth, Estados Unidos, Grove Press, 2004, p.182.

Tania Castillo: la homosexualidad como posición política

Tania Castillo fue la ganadora de la Camelina de Plata al mejor cortometraje documental por “Un Amor en Rebeldía” en la Selección Oficial en Competencia del III Programa de Diversidad Sexual+ Morelia.

Hablamos con la joven realizadora graduada del CCC sobre lo que significa la lucha lesbofeminista, su proceso creativo y lo que viene en el futuro para su cortometraje y para ella.

“Un Amor en Rebeldía” retrata la vida y lucha de Yann Maria Castro, una pionera del movimiento lesbofeminista en la Ciudad de México durante los años 70s. El cortometraje documental narra las luchas políticas de la activista por normalizar una preferencia considerada enfermiza hasta ese entonces entre una sociedad conservadora y dogmática. Yann continúa su activismo hasta el día de hoy, mostrando a una nueva generación todo el camino recorrido para llegar a las libertades que se gozan hoy.  

El poder de la historia de Yann  cautivó a Tania, sobre todo la relevancia de un diálogo intergeneracional para conocer el camino recorrido en el activismo de la diversidad. “Conocí a Yann María a finales del año pasado y supe de su historia personal- que me llamó mucho la atención- y su trayectoria política. Me parecía que había que contarla, pues me pude identificar con ella en un sentido muy humano. También me parecía que era una historia que no estaba contada aún. Este movimiento que ella encabezó y que era importante rescatar. Que se supiera de dónde viene lo que ahora hay en términos de conquista de los derechos y las libertades de las personas homosexuales y las mujeres lesbianas”.

Tania con la Camelina de Plata

El patriarcado masculino es patente incluso en la lucha de la diversidad, pues la invisibilización de las lesbianas y el control sobre el movimiento es descrito por la activista. Tania buscó retratar esa lucha feminista con una visión crítica hacia dentro del movimiento: “… dentro del mismo movimiento homosexual, pasaron por un proceso que las invisibilizaba. Los hombres no querían decir: “Es la marcha de homosexuales y lesbianas” porque “homosexuales” les englobaba a todos y nosotras queremos sentirnos representadas. No sé si puedo identificarme pero sí empatizar porque al final es una lucha de mujeres.“ El acercamiento a la liberación feminista exhibe la marginalidad atroz que sufrían durante la época: “Yann me contó cosas brutales. Porque ser mujer ha sido mucho más complicado que ser hombre.  Primero fueron rechazadas y luego tuvieron que aguantar un sentido de propiedad sobre ellas. Había abusos sexuales, las encarcelaban, las metían en hospitales psiquiátricos. Los hombres podían salir del clóset y ser rechazados. Pero ellas eran cautivas de sus familias”.

“Un Amor en Rebeldía” nació del encuentro de la realizadora con Yann durante un ciclo sobre la historia del movimiento de liberación homosexual mexicano de los 70s. Inmediatamente conectaron alrededor de una pasión compartida por el activismo: “Platicamos y conectamos pues yo también he hecho cierto activismo político- no feminista. Lo que ella tiene es una convicción por la lucha política que vive y es parte de su ser. Luego le planteé la posibilidad de hacer algo juntas y ya de ahí lo seguimos.”

El proceso continuó con una serie de negociaciones artísticas sobre la obra, sus significantes y lo que representa para cada una de las dos: ”Nos sentamos a hablar varias veces. Ella me pidió que le explicara cómo iba a ser el rodaje. Hablamos también de contenido. Para ella eran importantes unas cosas, para mí otras, y sí hubo un acuerdo. Al final creo que el docu es muy de ella. Fue una construcción de confianza y la confianza tuvo base en que las dos acordamos cómo hacer este proyecto. Planeamos un par de entrevistas en su casa y ya empezamos a hacer más en el rodaje”.

Quizá las nuevas generaciones den por sentado mucho del camino recorrido por las activistas de la diversidad . Tania considera que la efervescencia juvenil por el cambio y el progreso ha sido destruida por el individualismo de las redes: “Algo muy notorio y un poco triste es que en los 70s había unos ideales, unas convicciones y unos sueños por cambiar el mundo impresionantes, que ya no hay ahorita en mi generación. Había tantas cosas sucediendo, veníamos del 68; el mundo tenía que cambiar. Era gente que daba la vida por esas causas. Mucha gente perdió la vida. Creo que ahora tenemos que empezar a construir ya con una condición social muy distinta y con gente que a lo mejor no está tan interesada. Es más difícil salir del individualismo, de las redes sociales, de todo lo que nos inunda como sociedad. Creo que ahorita hay mucha falta de convicción. Tal vez nos hemos encerrado en nuestros propios mundos y al final somos nosotros quienes pueden luchar. Quienes tenemos más conciencia y más posibilidades podríamos hacerlo.”

Es en ese punto que la joven directora propone un regreso al activismo político de antaño, a dejar las medias tintas y considerar la identidad propia como una posición política, pues la homosexualidad en sí no es intrínsecamente rebelde: “Creo que para ser rebelde habría que asumir el ser gay como una posición política, como asumir el ser mujer como una posición política. No creo que sea por definición. Creo que tiene más que ver con cómo lucha uno en la vida siendo lo que es; siendo gay, siendo mujer.”

Esta lucha por la diversidad es patente en el Programa de Diversidad Sexual + Morelia. Sobre el evento, Tania se sintió sorprendida por “…la calidad de los trabajos y el programa de cortos en el que yo estuve me pareció una muy buena selección. Las películas, creo que muy difícilmente llegan a estos espacios de grandes festivales.” Sobre la ola de nuevo cine queer  que llega a las salas alcanzó a apuntar que: “Es un ala del cine que tiene mucha fuerza. Las historias tanto de ficción como de documental que se están contando al respecto, no dejan de sorprendernos, además de todas estas cosas que ayudan a que entendamos dónde estamos y cómo estamos parados. Hay grandes directores y directoras que están en el tema.. Creo que es un área del cine que vale la pena y qué importa que haya espacios como éste para que se sigan encontrando”.

Tania Castillo inició el camino de “Un Amor en Rebeldía” con el pie derecho. La Camelina de Plata la celebra como un talento en desarrollo por lo que el jurado dictaminó como “una narración sencilla con un personaje sumamente poderoso que a pesar de los obstáculos y situaciones complejas que ha atravesado en su vida, mantiene intacta la ilusión, el espíritu de lucha y el positivismo, convirtiéndose en referencia e inspiración.”

En días pasados, PROCINE anunció que Castillo había sido la ganadora de la convocatoria Ópera Prima Documental, llevando la historia de Yann a un largometraje de nombre “Juntas Somos Fuertes”.

Realismo mágico en celuloide: Marie Losier y Cassandro

“Do we love? Do we play?”

The touch

Marie Losier

 

 

Tras el estreno nacional del documental Cassandro, the exotico! en el PDS+M, tuvimos oportunidad de realizar una entrevista a su directora Marie Losier, y su protagonista Cassandro en la que nos hablaron sobre el público moreliano, México como inspiración, la amistad entre ambos, la diversidad sexual y sus planes a futuro.

El pasado 21 de octubre se realizó el estreno mexicano de Cassandro, the exotico de Marie Losier en el Centro Cultural Clavijero, como parte de la Retrospectiva de la directora en el PDS+M. Tras ser estrenada en el festival de Cannes el documental finalmente llegó a México, hogar del protagonista del filme, el luchador exótico Cassandro, también conocido como Saúl Armendáriz.

En una entrevista dada al Programa, ambos mencionaron estar emocionados por presentar el filme en la capital michoacana “Era un reto para mí ver cómo reaccionaba México porque es sobre cultura mexicana”, menciona el luchador. La reacción fueron aplausos, porras y felicitaciones. Directora y protagonista tuvieron oportunidad de conversar con el público moreliano en tres ocasiones, en las cuales Losier se vio sorprendida por encontrar a gente de todas las edades y contextos: “Ser una extranjera en México es maravilloso porque la audiencia es extremadamente cálida y acogedora”.

Marie Losier nació en Francia, vivió por 22 años en Nueva York y pasó casi una década registrando la vida de un hombre que vive en la dualidad entre El Paso y Ciudad Juárez; para ella es más importante el hogar que la nacionalidad “Yo no pienso en ser francesa o estadounidense. Este filme es sobre Cassandro y el cine, pero creo que es hermoso que Cassandro esté en su país. La audiencia mexicana en el estreno se sintió inmediatamente conectada con él porque entienden de dónde viene”.

El cine de Losier es una celebración de la vida. Parecidas a un sueño, sus historias envuelven, sumergen al espectador en una fiesta de libertad, amor y diversión. Ya sean sirenas, animales antropomorfos, mujeres de la lucha libre o artistas underground, los personajes de Losier, inclinados al arte y la revolución, disfrutan de su autenticidad con sentido del humor logrando desafiar no sólo roles de género, sino cualquier categoría.

El estilo cinematográfico de la artista radica en que está involucrada en todo el proceso: diseño de vestuario, escenografía, guion, dirección, montaje, edición, diseño sonoro. Su herramienta preferida es el rollo de 16mm, con el que mantiene la sorpresa del revelado y la añadidura del sonido. Su trabajo, fuertemente influenciado por la pintura, se expresa en un collage audiovisual que sigue a su personaje con una profunda y dulce intimidad, que logra tras una larga convivencia con sus personajes “Lo hermoso de mis películas es que filmo a mis personajes por muchos años, entonces cada uno se convierte en un querido amigo para toda la vida, y pienso que es algo que el cine puede dar, hace de una familia una aún más grande”, dice la directora, quien tardó siete años en realizar el documental.

En su experiencia, Marie y Cassandro admiten los retos de trabajar con personas que se sienten tan cercanas, pero también las ventajas de la química creativa “¡Jugamos mucho! Eso es lo que tenemos en común, jugamos y reímos” dice con cariño la cineasta. A pesar de que la amistad entre ambos se hizo más fuerte con el paso de los años, durante el arduo registro de Losier la cámara atestiguó caídas del luchador “Pasamos por muchas emociones, pero es parte de la vida, del proceso” a lo que ella respondió “Sí hubo tiempos difíciles, pero eso es la amistad. No eres sólo una cosa, eres muchas, y en cualquier caso resistes, haces compañía, eres paciente, tienes amor. Cuando tienes amor todo fluye. La clave es no juzgar.”

Las dualidades que captura con encanto y osadía Cassandro, the exotico, se entrelazan en una telaraña de identidades “No es solamente que es un luchador exótico, es Cassandro y su cultura, su relación con Juárez y El Paso, con su familia, el ser diferentes capas de diferentes personalidades en términos de una batalla interior que también es política, y simplemente, el ser un ser humano”. Así, el retrato que hace Losier abarca muchas facetas de la vida de su protagonista. Su religión practicada a través de rituales espirituales indígenas y sus raíces católicas “después de ir a misa íbamos a la lucha libre”, dice el protagonista en el documental; su relación con su niñez, recuerdos y heridas; incluso momentos en los que hubiese preferido no ser filmado: “Lo que hizo Marie es que me ayudó a ir muy profundo en mi corazón y hablar sobre cosas de las que no me gusta hablar o revivir.”

El interés de Losier por la lucha libre se fundamenta en su carácter teatral y viene desde su infancia cuando veía las películas de El Santo, así que su transición a un país como México, fundamentado en el realismo mágico, fue natural. Cuando vivía en Nueva York le resultaba fácil ir al Distrito Federal, donde solía asistir a la Arena México para ver luchas en vivo. Fue aquí donde comenzó a retratarlas, como se puede ver en su cortometraje Bim Bam Boom. Las luchas morenas . También fue la época en la que entabló contacto con Cassandro, de quien decidió hacer un documental después de una conversación que mantuvieron en las trajineras de Xochimilco.

A la cineasta le interesó la vida del luchador gracias a su dualidad emotiva, la cual encontró en todo su alrededor “México es una celebración cinemática diaria de tristeza y alegría, abrumadoramente dramática. De alguna manera me siento cercana a eso. La vida siempre va de las lágrimas a la risa. Estás triste, vives momentos difíciles, y al mismo tiempo celebras estar vivo, celebras crear, porque crear te ayuda, así como la lucha libre. Para mí hacer películas es estar viva. Registrar la vida es crearle sentido porque siempre tomas lo mejor de ella” dice la directora refiriéndose a la importancia análoga de la lucha libre en la vida de Cassandro, la cual le ayudó a seguir adelante después de años de abusos cuando era niño: “El mensaje que da Marie a través de su cámara es que si te caes te tienes que levantar, y si te vuelves a caer te vuelves a levantar, es una guerra interna”.

Cassandro acaba de celebrar 30 años de ser luchador profesional, carrera en la que ha sido tres veces ganador del mundo y peleado en el Museo del Louvre, sin embargo, últimamente no ha pasado mucho tiempo en el ring “mejor tras vestidores haciendo nuevos talentos.” El éxito profesional y cariño del público se los ha ganado gracias a su talento como luchador, el cual, a pesar de venir acompañado de una multiplicidad de identidades (como lo quiere mostrar la directora a través de su lente), no se reduce a su orientación sexual o identidad de género: “En El Paso, mi tierra, me sigue mucha gente y nada que ver por lo exótico, sino por el profesionalismo porque soy muy buen luchador, de muy buena escuela y la gente me busca por algo” dice el luchador, quien actualmente se encuentra dando clases en México, Estados Unidos y algunos países de Europa.

Mara Fortes y Marie Losier

En el documental se le puede escuchar hablar sobre su preferencia sexual, el machismo, y lo que significa decidir usar maquillaje y diamantina en la lucha libre mexicana, y no una máscara “Me he ganado mi lugar y siempre voy a representar a mi comunidad donde tenga que estar, porque no voy a dejar que la política ni un presidente me defina a mí. Yo voy en contra de la marea, pero por una buena causa porque hoy no estamos en tiempos de matarnos, de bullying, de muchas cosas. Casi a diario puedo toparme con homofóbicos.”

Es por lo anterior que Cassandro se acerca a la diversidad desde el punto de vista de la discriminación y el activismo en favor a la aceptación de las sexualidades “Mi plan es seguir ayudando, pasando el mensaje, no callarme por mi comunidad LGBT porque la homosexualidad no es una enfermedad, la discriminación sí.”

Por su parte, la diversidad para Marie incluye, pero sobrepasa lo sexual y las etiquetas: “No me gusta poner las cosas en cajas, odio ser catalogada como ‘documental’, ‘ficción’, ‘LGBT’, me gusta más ser abierta. Hay mucha diversidad de personas, de películas, de creaciones, sin jerarquía, sin ‘más dinero’ o ‘menos dinero’”. Ambos, sin embargo, reconocen a los seres humanos como una multiplicidad de identidades que descansa en los cimientos de la universalidad: somos cultura, somos los lugares donde hemos vivido, y sin embargo todos nos hemos enfrentado a los retos del ser humano.

Al hablar sobre el futuro Cassandro afirmó que además de impulsar a nuevos luchadores, planea seguir siendo activista a favor de la libertad y en contra de la discriminación “La vida no depende de lo que los demás te acepten, sino de aceptarte a ti mismo, tienes que caminar tu propio camino, pero con belleza y mucha serenidad en estos tiempos de turbulencia, guerras, matanzas en Juárez y El Paso.” Tras su Retrospectiva en el PDS+M, Marie regresará a enseñar cine y continuar con proyectos “Amo transmitirles a jóvenes lo que puedo hacer. También empezaré desde cero para otra película, con los altos y bajos. Espero que sea algo bello”.

Además, la artista regresará a sus raíces en la Ciudad de Nueva York para la exhibición en el MoMA de tres programas de sus cortometrajes y uno de archivos nunca antes vistos, evento organizado en celebración de la integración de sus cortometrajes al acervo del emblemático museo neoyorkino. Además, la artista tendrá una presentación titulada “Reino animal: cuentos de lo dulce y lo amargo” en el Metrograph: “Nueva York es una locura. Todos los días ahí son una celebración de la locura. Todos a quienes conocí, amé y filmé están locos”.

 

 

 

Texto: Patricia Ríos

Fotografías: Karen Rubalcava

¡Gracias!

Foto: Martim Guerra

El cine es un trabajo en equipo, una conexión artística que nos acerca un poco más a todo lo que nos hace humanos. Es por ello que queremos agradecer a todas las personas que nos acompañaron durante este tiempo aportando su trabajo, tiempo, energía y sueños para hacer cumplir nuestro primer año de independencia en una celebración del cine y la diversidad.

Agradecemos al Palacio y Centro Cultural Clavijero por permitirnos albergar el cine nacional e internacional en sus salas, a todos aquellos que ocuparon ese espacio desde la puerta de entrada hasta el gabinete de proyección, agradecemos también que nos permitieran crear entre sus paredes lo que fue como una segunda casa donde ir a trabajar.

A Cinépolis por su incondicional apoyo y fe en el proyecto, particularmente a Alejandro Ramírez, Lorena Guillé y Ramón Ramírez quienes presentaron programas de cortometrajes, películas y hasta la ceremonia de premiación, siempre con disposición, alegría y una sonrisa.

A nuestro jurado Alejandro Gómez Treviño, Lissette Orozco y Pau Guillén, quienes cruzaron la República, el continente y el océano Atlántico para asistir al Programa y premiar al Mejor Cortometraje Mexicano con compromiso y pasión excepcionales, contagiosas cotidianamente.

A Vice en español, cuyo interés devino en una premiación especial que dejó ver la línea de ambos proyectos a favor de otras miradas para garantizar espacio de exhibición a historias desbordantes de talento.

A Mariana Villareal y su taller, Sangre de mi sangre, por haber realizado la Camelina de Plata a Mejor Cortometraje Mexicano, estatuilla de ensueño que nos transportó a lo que el Programa ha trabajado por ser, un espacio de celebración del cine vibrando en lo más representativo de la cultura mexicana.

A nuestros cineastas mexicanos en competencia y sus maravillosos equipos: Jorge Sistos, Eric Silva, Thiago Zanato, Adriana Barbosa, Adán Ruíz, Paolo Wriedt, Roxana Anaya, Chucho E. Quintero, Rodrigo Martín Jaffe, Tavo Ruíz, Luis Armando Sosa Gil, Julio Galeote, Óscar Galeote y Tania Claudia Castillo. Gracias a ellos, a su talento, visión y compromiso este Programa pudo ofrecer al público una selección sólida de distintas coordenadas geográficas de la República Mexicana, felicitamos a todos por igual por haber puesto en alto al talento joven mexicano, agradeciéndoles habernos hecho partícipes del inicio de sus prolíferas carreras cinematográficas.

A nuestros invitados especiales Jesús Torres Torres, Marie Losier, Marthe Djilo Kamga y Frieda Ekotto, quienes no sólo nos dieron la oportunidad de exhibir sus grandes trabajos, sino de asistir a las funciones del Programa y compartirnos sus vidas, visiones y veladas en entrevistas y sesiones de Q&A, fue un honor contar con su presencia.

A Bartholomew Sammut, quien ha sido para nosotros no sólo un invitado de honor, sino amigo, confidente y maestro. Le agradecemos haber estado con el proyecto por segundo año consecutivo, por la curaduría que preparó con tanto amor y por haber co-fundado el fondo INICIA que pudo financiar este año un proyecto de largometraje queer de producción nacional.

Al jurado de INICIA Marcelo Tobar, Paula Astorga y Arturo Castelán, así como a los participantes Denisse Quintero, Alejandro Zuno y Jorge Ojeda Dávila por compartirnos sus proyectos en etapa de desarrollo temprana, manteniendo en movimiento el cine mexicano con perspectiva LGBT+ y llevando a la pantalla a las personas que han sido invisibilizadas, marginalizadas, estigmatizadas e incomprendidas por la sociedad, dándoles voz y dignidad.

A Árbol Rojo, cuyo invaluable y arduo trabajo hizo posible esta edición con admirable perfeccionismo. A Alejandro Silveira y maravilloso equipo el cual siempre trabajó con energía y una sonrisa en la cara, convirtiéndose en motivación diaria.

A las mujeres cineastas del programa “Afterglow” de nuestro festival invitado XPOSED Kelly West, Katia Repina, Carla Moral, Julia Fuhr Mann, Ana Cigon, Amber Bemak, Nadia Granados, Érica Sarmet, Brenda Jorde, Olivia Kastebring, Julia Gumpert y Ulrika Bandeira, por una celebración de la identidad femenina que reivindica a la mujer en su realidad social, corporal y artística.

A los cineastas que participaron en las curadurías de ZINEGOAK Estela Osorio, Kepa Arresti, Ainhoa Astetxe, Iker Azkoitia, Pablo Malo, Usue Eguia, Agenda Kopla Taldea, Joanna Ryetl, Juan Beiro, Marianne Farley, Teboho Edkins, Diane Obosawin y Eric Rockey, por habernos compartido sus historias de diversidad sexual representantes de la cultura vasca e internacional, en una selección de excelencia técnica, variedad narrativa y poder emotivo.

A los cineastas de la sección “Joyas internacionales” Fredo Landaveri, Beatriz Pérez, Felipe Elgueta, Ananké Pereira, Yann Gonzalez, Lara Zeidan y Grant Gulczynski por su mirada fresca e innovadora que mantienen al cine reformándose y y deasfiándose a sí mismo, en búsqueda de nuevas maneras cinematográficas.

A los cineastas de nuestros largometrajes internacionales Kiko Goifman, Claudia Priscila, Desiree Akhavan, Jethro Patalinghug, Andrea Weiss, Marcelo Martinessi, Alice Riff, Yoni Leyser, Jenny Mackenzie, Jared Ruga, Amanda Stoddard, Isao Yukisada, Majo Staffolani, Leilah Weinraub, Soda_Jerk y Lasse Langström, por mostrarnos historias de diversidad sexual en diferentes países del mundo, en diferentes técnicas tradicionales y de vanguardia, dejándonos ver que la creatividad humana es un abanico, fuegos artificiales coloridos y testimonios.

A nuestros participantes en el “Foro de la Diversidad”, el Dr. David Barrios, Adán Salinas y Árbol Rojo por compartirnos sus proyectos sobre cine y diversidad sexual, expandiendo fronteras hacia toda la República Mexicana, trascendiendo las paredes de las salas de cine y contribuyendo con la tarea de educación y concientización a través de la academia, la ciencia y la historia.

A nuestros aliados Origo, MICGénero, La Conspiración, Zinegoak, YouRocket, XPOSED, Árbol Rojo, Exile, Sangre de mi sangre, Muestra Queer de Monterrey, Cinéma Mexique Paris, Conarte, Cinépolis, Vice, Uber, Centro Cultural Clavijero y Amigos del Clavijero, porque sus esfuerzos garantizaron que este Programa fuera posible, así como a los voluntarios que ayudaron con las más pequeñas y grandes responsabilidades.

Y finalmente, al público moreliano, mexicano e internacional que asistió a nuestras funciones, participó en los Q&A con sus preguntas y observaciones, que participó en entrevistas, que pudo ver su propia historia reflejada en la pantalla, que pudo encontrar otras formas de vida en los personajes, que nos conmovió e inquietó con comentarios y debates después de las funciones. El cine es por y para la gente, sin importar su origen, lengua, cuerpo, identidad, profesión, familia, género, orientación sexual, por ello agradecemos profundamente su asistencia, involucramiento y apoyo.

Muchas gracias a todos y cada uno de ustedes por haber hecho posible la III edición del Programa de Diversidad Sexual + Morelia ¡Nos vemos el próximo año!

 

#juntossomosmasfuertes

 

 

Texto:Patricia Ríos